San Roque y su perro
mª ÁNGELES ARAZO
Domingo, 12 de agosto 2018, 09:48
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mª ÁNGELES ARAZO
Domingo, 12 de agosto 2018, 09:48
El santoral es múltiple, surrealista, capaz de superar la imaginación de los seres normales. En agosto, tras la espléndida y poética Dormición de la Virgen, llega San Roque, con la rodilla hecha una lástima y el perro que va diariamente a lamerla para quitarle el dolor y el pus. El calor de agosto, como vemos, no mengua las narraciones sobrenaturales, pero seamos fieles a la historia, que comienza cuando San Roque, nacido en Montpellier en 1295, reparte la fortuna entre los pobres y sale a los caminos a pedir un pedazo de pan para comer, por el amor de Dios.
Así, anda que andarás, hasta llegar a la ciudad italiana de Aguapendente, en la que quedó sobrecogido por los estragos de la peste. San Roque desconocía su poder taumatúrgico, que descubrió cuando, impulsado por su generosidad, trazó el signo de la cruz sobre el cuerpo de un enfermo, y éste sano con tanta alegría y exaltación de júbilo que todos los apestados de la gran sala del hospital quisieron recibir la bendición de tan extraño ermitaño. El hecho trascendió rápidamente y San Roque tuvo que huir de la multitud que le asediaba y que, como era de esperar, le contagió. Sin embargo, nuestro santo carecía de don para sanarse, y, doliente, amargado y solitario, se refugió en una cueva y allí lo descubrió un perro, tan inteligente, que se percató de la hambruna del bendito Roque y marchó a casa de su amo para coger un panecillo y llevárselo.
La visita y la ofrenda se repitió día tras día, con el prodigio de que la lengua del perro le sanaba. Pero tanto panecillo escamoteado puso en guardia al amo de la alacena, que decidió seguir al chucho y penetrar en la cueva del santo, al que reverenció porque despedía una luz especial a la vez que le hablaba del mensaje amoroso de Cristo. Se convirtió el caballero.
En fin, que la hagiografía termina con la muerte de San Roque en Montpellier, ciudad a la que regresó y donde lo encarcelaron, confundiéndole con un espía. Nadie le advirtió lo difícil que es ser profeta en su tierra, aunque por el perro su imagen es inconfundible. Se le dedica el 16 de agosto. Faltaría más.
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