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'Fiesta alicantina', obra de Gastón Castelló. lp

Ruta hacia el sur

GRANDES ALMACENES ·

Una huida bien preparada puede hacer mucho por nuestra salud mental y física. Alicante es un magnífico destino para coger fuerzas

Lunes, 5 de julio 2021, 01:47

Si el bolsillo y el trabajo lo permiten, en este relativo declive de la pandemia -aún vivimos inquietantes sustos- es una buena idea hacer algún viaje. Con el apoyo de cariñosos anfitriones, una huida bien preparada puede hacer mucho por nuestra salud mental y física. ... Alicante es un magnífico destino para coger fuerzas. El último jueves de junio, el Euromed de las 11.05 me dejó a las 12.45 en Alicante.

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Detalles del viaje. Llevaba una lectura ligera, la revista 'Semana'. Otra, densa: 'El equipo de Stalin', de Sheila Fitzpatrick. 'Semana' le pregunta a Alaska en cuál de sus casas pasa más tiempo. Responde: «No son varias casas, es una muy grande que, por desgracia, no está junta. En vez de coger una casa muy grande y poner todo allí, pues nos hemos ido dividiendo por varias. Pero para mí solo tengo una casa. Todo es una». Después de estas palabras, no sé si Alaska vive en una casa enorme o en la calle. Su frase final, «Todo es una», la considero filosóficamente abstrusa. Pero ¿a quién le importa?

Lo que cuenta 'El equipo de Stalin' es más dramático: «La paranoia de Stalin parecía no tener límites. Los servicios de seguridad le despertaban sospechas casi tan vivas como los judíos. Ordenó detener a todos los coroneles y generales judíos (...), unas quince personas. Pero las purgas fueron mucho más allá». Sobre los años de la gran hambruna y las políticas agrícolas desquiciadas: «Además de la enorme cantidad de campesinos que fueron arrestados y deportados en 1930-31, una infame ley del 7 de agosto de 1932 -de la mano del propio Stalin, según se dice- declaró que la propiedad de las granjas colectivas era estatal, 'sagrada e intocable', e introducía la pena de muerte para cualquier campesino que, por hambre que pasara, intentase robar grano de los campos. Se detuvo a muchos funcionarios del partido o el Estado por no lograr que los campesinos entregasen cuanto se les exigía».

Euromed llega puntual a Alicante. Me esperaba el artista visual Juan Carlos Valera. Con su todoterreno nos fuimos a comer cerca del mar, en Santa Pola. Tardamos en encontrar mesa. Era el día de San Juan y la gente llenaba los restaurantes. Dejamos el equipaje en el apartamento de Juan Carlos en Urbanova, frente al Mediterráneo. Paseamos por la playa. Hablamos de Francis Bacon y Lucian Freud. Cenamos en la terraza del restaurante Moments. Precioso anochecer.

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El viernes por la mañana vemos en Casa Mediterráneo 'Somos agua', de Isabel Muñoz. Hermosas fotografías que reivindican el cuidado de nuestros mares y la lucha contra la contaminación marina para conservar su biodiversidad. «El mar nos lo da todo sin pedirnos nada a cambio», dice Isabel Muñoz. Por la tarde visitamos el MACA, que alberga la Colección Eusebio Sempere (estupenda) y la Colección Juana Francés.

Cena en Nou Manolín, con Juan Carlos Vizcaíno (historiador de cine y de les Fogueres), Luisma (artista de les Fogueres), Vicente Ivorra (funcionario de la Diputación de Alicante), Valera y yo. El quinteto de la suerte. Réplicas chispeantes durante la velada. Los cinco, en una soltería transitoria, exprimimos el feliz reencuentro. Hablamos de Gastón Castelló (Alicante, 1903-1986), pintor y artista foguerer que merece ser más reconocido.

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El sábado regresamos a Mislata en el coche de Valera. Llegamos a las 12. Con permiso de la variante india y de los estúpidos botellones, parece que lo peor de la peste ya ha pasado.

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