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La carretera de El Saler siempre ha sufrido atascos pero lo de ahora supera ampliamente cualquier registro anterior. ¿Cuál es el propósito de las actuaciones ejecutadas en la autovía y que provocan que un trayecto de poco más de diez kilómetros pueda llegar a durar dos horas? Supuestamente, la seguridad de los pocos viandantes que antes tenían que cruzar por unas pasarelas y que ahora disponen de pasos de peatones. Pero con esta excusa se intenta disuadir a los conductores del uso del automóvil. ¿Con qué finalidad? Quiero decir, ¿cuál es el plan del equipo de Ribó para la dehesa? Porque sería legítimo, aunque impopular, que apostara por recuperar todo el espacio que se urbanizó al final del franquismo, expropiando apartamentos y prohibiendo actividades (campings, restaurantes...). En tal caso, la restricción del tráfico de coches sería una consecuencia lógica y derivada de una política ecológicamente intervencionista que dejaría sin su primera o segunda residencia a cientos de familias valencianas. Aún así, quedaría el problema de El Palmar y El Perellonet, pedanías a las que también se llega utilizando la autovía. No parece ser esa, sin embargo, la apuesta del ayuntamiento. ¿Entonces? Entonces se actúa como ya es habitual con este alcalde, poniendo palos en el engranaje. Es lo que se ha hecho en la calle Colón, dejando un único carril en la vía más comercial de la ciudad para que los conductores se cansen de los atascos y se vayan por otras vías. El efecto que pueda causar sobre los negocios de la zona está por ver. Como en El Saler, donde ya no son sólo los vecinos y veraneantes los perjudicados sino también los restaurantes. O los que quieren ir a pasar una mañana de domingo en la playa. ¿Acaso la alternativa es ir en bici en los meses de julio, agosto, septiembre... a más de treinta grados al sol? ¿También las personas mayores, los minusválidos, los bebés...? Porque lo que no creo es que se crean de verdad que con la actual oferta de la EMT es suficiente. En resumen: no hay transporte público como para convencer a los usuarios del automóvil que se pasen al autobús y para los usos propios de la zona la bicicleta no constituye una opción de masas, lo que equivale a condenar a sufrir atascos a los miles de valencianos que los fines de semana quieren comer una paella en El Palmar, tumbarse al sol en las magníficas playas de El Saler o visitar a unos amigos que tienen apartamento en El Perellonet. Dicho de otro modo, un nuevo ejemplo de mala gestión, de manifiesta ineptitud en el manejo de los asuntos públicos al anteponer prejuicios ideológicos de un ecologista radical y antisistema al interés general de la población.
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