No eres nadie si no sales en 'El Hormiguero'

¿Iba a anunciar la presidenta de Madrid alguna revelación importante? No. ¿Se esperaba que contase preguntas que nunca le hubieran formulado? No. Pero 'El Hormiguero' mide la popularidad de este país, es la referencia con la que se calcula el éxito. Las célebres hormigas Trancas y Barrancas bendicen a quien ha triunfado sentándole en su mesa.

Santiago Abascal ya había pasado por otros magacines y tertulias, pero fue su desembarco en el universo de Motos el que generó más controversia. Porque el periodista valenciano es de los pocos que ha logrado entrevistar a figuras del espectáculo nacionales e internacionales y a todos los líderes de las principales formaciones políticas, de Sánchez a Pablo Iglesias, pasando por Casado, Rajoy o Rivera. Algunos incluso han bailado y tocado la guitarra a petición del presentador.

Cantantes, músicos y escritores tienen claro que 'El Hormiguero' es un peaje obligatorio. Todos aquellos que han estrenado película o han publicado libro o disco deben asistir para dar a conocer su último trabajo. No queda otra. Aunque a unos cuantos no les haga demasiada gracia ser partícipes de los experimentos y coreografias habituales en este magacín. Es de los pocos escaparates televisivos que se prestan a tener conversaciones más o menos largas con sus invitados y a dedicarle atención a sus aspectos laborales. Y cuentan con respaldo del público, que eso es fundamental cuando se sale de promoción.

Y Ayuso estaba de promoción, que a nadie se le olvide. No ha sacado disco, ni ha escrito un libro ni ha protagonizado una serie (por el momento) pero había otros asuntos que deseaba promocionar. No es baladí que el momento elegido para ser invitada haya sido este, justo ahora que la presidencia del PP madrileño está en juego y que el liderazgo del partido se le discute a Casado. No, no ha sido casual la fecha en que la presidenta ha ido a divertirse a 'El Hormiguero'. Y se divirtió, ya lo creo que lo hizo. Se encontró con un público entregado y un Motos encantado de tenerla enfrente y sin ningún ánimo de incomodarla. No hay mejor marco para una promoción.