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Sánchez se vuelve pasota

CURRI VALENZUELA

Martes, 28 de julio 2020, 08:44

Pedro Sánchez no es culpable del rebote del coronavirus. O eso es lo que el presidente del Gobierno quiere que nos creamos. Cansado de comparecer en el Congreso para pedir prórrogas al Estado de Alarma, decidió en su momento traspasar el marrón de la pandemia a las comunidades autónomas: que ellas organicen el rastreo de los casos que van surgiendo, las emergencias hospitalarias, las condiciones de vida de los temporeros extranjeros del campo, las medidas de prevención como el uso o no uso de mascarillas y las condiciones en las que abrirán las escuelas este otoño. Una total inhibición del uso de los poderes del Estado ante una crisis sanitaria y económica de primer orden.

Si hay rebrotes es porque en ciertas autonomías no se rastrea el origen de cada contagio y si Gran Bretaña asesta una puñalada casi mortal a nuestra industria turística ha llegado el momento de recordar lo de la Pérfida Albión, aunque suene a franquista. El hombre que nos coordinaba cuando el Gobierno asumió su papel, Fernando Simón, se entretiene con la moto y la tabla de surf en el sur de Portugal y el político que le supervisaba, Pedro Sánchez, está a punto de marcharse también de vacaciones; no se sabe si a Doñana o Lanzarote; sus respectivas residencias oficiales están siendo acondicionadas.

Una total inhibición del uso de los poderes del Estado ante una crisis sanitaria y económica de primer orden

El cambio de actitud o, para ser precisos, de estrategia de comunicación del presidente, se remonta a hace un mes, cuando tuvo problemas para convalidar el último Estado de Alerta en el Congreso y cuando, sin que fuera precisa otra encuesta de Tezanos, en la calle se palpaba el cansancio, incluso la rechifla popular, por sus largas peroratas de los sábados en televisión contestando, lo que es un decir, a las preguntas filtradas por los servicios informativos de La Moncloa. Ahora, cuando los periodistas ya pueden preguntarle en directo, ha dejado de comparecer en ruedas de prensa.

El pasotismo del presidente le viene muy bien no solo para que la gente no le culpe de la negligencia del Gobierno. Le sirve sobre todo de chaleco salvavidas ante la grave crisis económica que se nos viene encima y la falta de apoyos parlamentarios del Partido Socialista. De pasota total está siendo su actitud ante los problemas legales de su vicepresidente segundo. Ni una palabra ha dicho Sánchez en apoyo de Iglesias sobre esos temas. En cuanto a la actitud de ERC para aprobar o echar abajo sus próximos Presupuestos, el presidente ya sabe que todo dependerá del resultado de las elecciones catalanas del otoño. Así que le viene de perlas marcharse de vacaciones sin decir palabra ni ejercer su cargo. Su objetivo, como siempre, es el de sobrevivir.

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