Después de la interrupción por la pandemia vuelve la fiesta de San Vicente Ferrer, como muestra de que no puede olvidar a los valencianos, ni ... reniega de su tierra ni de su condición popular, aunque en ocasiones pienso '¿qué haría si viviese actualmente entre nosotros tras contemplar el panorama social valenciano?'

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El festejo nos llega después de la celebración de la Resurrección, dentro de la semana de Pasión, que dicho sea de paso se ha saldado positivamente a pesar de haber suspendido algún que otro desfile procesional a causa de la lluvia. La fiesta tendrá lugar el próximo segundo lunes de Pascua, día 25, fiesta local, según el calendario laboral, dedicada a festejar a San Vicente Ferrer, patrón principal de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, de acuerdo con el santoral dicha festividad está marcada cada 5 de abril.

El que fuera canonizado por el setabense Calixto III volverá a ser protagonista en nuestras calles y plazas a través de los llamados 'chiquets dels milacres' encargados de recordarnos quién era y qué hizo el Pare Vicent a través de representaciones de milagros atribuidos al santo patrón.

Los festejos son sencillos, pero de una intensidad extraordinaria, sobre todo en las asociaciones y altares vicentinos, auténticos heraldos del festejo que no cejan en dinamizar la fiesta. Personalmente opino, y no es la primera vez que lo escribo, que el Ayuntamiento debería volcarse más con esta celebración, sobre todo en materia de subvenciones a los altares, que al igual que otras fiestas de la ciudad se mantienen gracias 'al bolsillo' y esfuerzo de sus integrantes.

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La oficialidad lo tiene fácil, todos los años se repite el mismo programa y protocolo. Misa por la mañana con predicación en la Catedral, ofrenda floral al santo por parte de los altares en la Casa Natalicia y vespertina procesión general con la imagen de San Vicente Ferrer y su reliquia por Ciutat Vella.

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