Los bancos, aseguradoras y empresas energéticas han adoptado estrategias de seducción y a menudo de abuso digital hacia las personas mayores. Para ello usan métodos del mundo tecnológico y los mezclan con malas prácticas 'de toda la vida'. La generación Silver nos estamos defendiendo como podemos. Recordemos el 'soy mayor, no idiota' de Carlos San Juan pero, incluso con nuestro héroe peleando fuerte con la banca desde hace un año, nuestro bando está estancado o retrocede. Esta guerra será larga y permanente.
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A las entidades financieras se han unido en el uso de la seducción y el engaño digital otras empresas de servicios como son las aseguradoras y las empresas energéticas. Y también lo han hecho por desgracia en la administración pública. Las empresas de telecomunicaciones están ahí hace años y poco a poco nos hemos ido acostumbrando a sus manejos.
A la generación silenciosa, los nacidos antes de los años 50, nos unimos ahora los 'boomers', nacidos hasta 1965. Todos juntos formamos un grupo que vamos conociendo como 'el ejército Silver'.
En este grupo Silver está compuesto por todo tipo de perfiles, contamos con muchas habilidades y experiencias y nos vamos a organizar bien porque el 'enemigo' es fuerte y muy astuto.
Aprovechando nuestras torpezas y lentitud nos envuelven con su marketing seductor. Saben que nos tienen atrapados porque con ellos trabajan nuestros hijos y nuestros nietos, que también son victimas y a menudo ejercen, sin saberlo, de mercenarios involuntarios.
En el alto mando del enemigo se encuentran avariciosos personajes que utilizan las armas digitales más letales para enriquecerse hasta cotas ridículamente desorbitadas.
No estoy hablando de los buenos empresarios que crean riqueza, bienestar y puestos de trabajo a la vez que consiguen mantener rentables sus empresas en este mundo tan competitivo. Estoy hablando de especímenes incrustados en las estructuras de las corporaciones que azuzan a débiles empresarios aprovechando su descuido, mientras ellos se forran soezmente.
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Nos tienen capturados a los Silver porque también administran nuestras pensiones, gestionan nuestros ahorros y ceban nuestro anhelo de mantener el tipo frente a la inflación, mientras nos prometen rentabilidades de los fondos de inversión.
Organizarnos para resistir nos va a costar un tiempo. No aspiramos a ganar, nunca podremos hacerlo. Tan solo queremos que el enemigo no siga avanzando y que se retire de nuestro territorio invadido. Ahora es el momento de usar la táctica de las guerrillas y con ella podremos lograr pequeños éxitos y explorar los flancos débiles del enemigo.
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Un primer entrenamiento básico es necesario. Si encontramos motivación, somos capaces de dominar alguna de las herramientas digitales que ellos ponen teóricamente a nuestro servicio, pero que están desarrolladas para que estemos nosotros al suyo: hacemos parte de su trabajo y a la que nos descuidamos nos cargan una comisión extra o nos encajan un producto que no necesitamos.
Nos mantienen 'superinformados' con decenas y centenas de mensajes en cada uno de los buzones de entrada de las aplicaciones. Y ahí esconden avisos clave que informan de cargos que detectamos meses después, si es que nos damos cuenta. Por ejemplo, yo he encontrado un mensaje con el asunto 'vencimiento' escondido entre 85 comunicados sin abrir, donde una aseguradora me informaba de un cargo de 36€ en mi póliza por una opción inútil que, graciosamente, me habían regalado durante un año. Y éste es solo uno de los casos reales que me acaban de ocurrir.
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Yo actúo a menudo como un comando avanzado de reconocimiento de las posiciones del enemigo. Tengo instaladas en mi móvil 26 app de empresas financieras, aseguradoras y energéticas. Me peleo asiduamente con los operarios de los teléfonos de 'atención al cliente' (las comillas en este caso tienen un pleno sentido irónico). Detecto trucos y trampas en los procesos de distracción y disuasión diseñados por el enemigo para hacernos desistir por agotamiento.
Vamos a hacer creer al enemigo que somos como los comunistas a los que arengaba la Pasionaria. O peor aún: como los anarcosindicalistas de los años 30 del siglo XX. Eso les asusta y les inquieta.
A la vez que desarrollamos inteligencia militar sobre el enemigo, nos organizaremos de una forma discreta y polifacética. La generación Silver, suma de los silenciosos y los 'boomer', está despertando y lucharemos hasta la tumba, incluso más allá.
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No se pierda nuevos capítulos de nuestra lucha en este mismo periódico de forma regular. Y disimule, que las paredes oyen y el enemigo nos observa. Jajaja.
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