Lo que funciona en la televisión de siempre, lo hace también en cualquier otro canal en la era multipantalla, ya sea YouTube, Twitch, TikTok o ... las plataformas de pago. No hay tanta diferencia. Nos repetimos inevitablemente, subrayando esta perogrullada, porque no termina de desgastarse la manida frase: «Las nuevas generaciones no ven la tele». Las series más vistas llevan trazas de culebrón, aunque las devores como espectador en la 'tablet', o son directamente una fotocopia de las telenovelas de antaño. Se fusilan fórmulas y rara vez se rompen esquemas. Cambia el dispositivo, pero el espíritu del contenido es el mismo. Adiós al televisor, hola ordenador. Unos desconectan de la vida con 'Sálvame' -'Salséame' en argot 'millennial'-, otros viendo vídeos en el móvil de gente maquillándose, bailando o cocinando, por no hablar de las criticadas emisiones en 'streaming' donde famosos 'gamers' juegan a videojuegos. ¿Por qué los chavales no juegan en vez de ver jugar a alguien? Lo decimos quienes matábamos el tiempo en las salas de máquinas, mirando como le daban otros al futbolín o cómo exterminaban marcianos. El mismo formato, actualizado.

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Los canales generalistas sigue siendo lo que más se consume y lo que más huella deja en el gran público. Ver 'lo que te echen' sigue vigente una tarde de domingo. El grueso del público de Netflix ve lo que aparece en la pantalla principal al abrir el menú, pasa olímpicamente del buscador, por eso ya existe una opción para evitar posibles derrames cerebrales: «Sorpréndeme», léase elige por mi. Las series vuelven a optar por la periodicidad semanal. Estrenar un capítulo cada siete días funciona mejor a la hora de generar audiencia. Las plataformas se están planteando volver a emitir spots para bajar la cuota. Lo dicho, lo de siempre.

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