Sigue corriendo

Una de las cosas que creen los que no se dedican a la fotografía, y muchos de los que lo hacen, es que el ser humano tiene el control sobre la realidad. Es decir, que basta con desear algo para que ocurra. Y nada más ... lejos de la verdad, la fotografía es siempre un bicho escurridizo que tiene el control de las personas y los objetos, hace que todo ocurra cuando le da la gana y el que lleva la cámara puede, como mucho, ser lo bastante hábil para capturar ese momento. Eso es todo. Algo así ocurrió aquel día. Yo iba conduciendo por al lateral del río en dirección a Nuevo Centro, escuchando 'Keep on running' (Sigue corriendo), un tema sesentero de The Spencer Davis Group. Y, parado en el semáforo, en la soledad de la mañana dominical, sin tráfico ni prisas, apareció de pronto una monja y eché mano de la cámara que suelo llevar cerca. Las religiosas siempre son un tema interesante. Un asunto que daría para algún tipo de estudio sociológico, desde el punto de vista de las artes visuales. No hay fotógrafo que no se ponga en estado de alerta al ver aparecer a una mujer vestida con hábito. Y el caso es que la nos ocupa, de pronto, comenzó a correr sin motivo, se arrancó a buen ritmo y lo mismo hizo un señor que apareció por la derecha esprintando con estilo. No había razón aparente para tanta prisa, el semáforo seguía en verde para ellos, yo ocupaba el único vehículo de la calle y ese impulso de velocidad logró llamar la atención también de los dos muchachos de la izquierda que estaban ocupados realmente en una carrera. ¿Qué pasó?, imposible de saber. Me reí al pensar en la coincidencia con la música. Esas cosas ocurren de vez en cuando. A veces las puedes fotografiar y a menudo no. Permanecen en tu memoria transformadas en recuerdos.