He perdido la cuenta de cuándo empezó esta pandemia que, ojalá acabe algún día. Cuando llegue ese día miraremos atrás y pensaremos que lo que vivimos fue como un cataclismo, el fin del mundo, una película de ciencia ficción. Volveremos a vivir como vivíamos antes, ... con nuestras alegrías y penas, con nuestras ilusiones, con nuestras familias y amigos, sin miedos y con optimismo de cara al futuro. Mientras ese momento llega, toca recordar lo bueno y lo malo que hemos vivido en este último año, a nivel deportivo, porque a nivel personal mejor me lo guardo para mí.
Hoy no me apetece hablar de Peter Lim ni de Meriton. Hemos hablado mucho y hay que seguir hablando pero aunque sea por un día hoy no quiero acordarme de ellos. No se merecen que en unas fechas tan entrañables como la Navidad les dediquemos ni un sólo minuto.
El resumen de este 2021 bien podría ser el mismo que el del año anterior. Poco o casi nada ha cambiado. Están siendo unos años duros por la pandemia y resulta difícil destacar algo positivo. Voy a intentarlo aunque tenga que rebuscar mucho. Hemos vuelto a Mestalla, sí, pero no todos. Y no podemos olvidarnos de los que ya no podrán volver. Ellos si se merecen que nos acordemos hoy y siempre.
En 2022 espero que recuperemos nuestro club y se nos devuelva esa dignidad
El equipo parece haber recuperado el rumbo. Un rumbo desnortado desde hace unos años que quiere volver a ser lo que era y recuperar el prestigio que se había perdido. Queda camino pero los cimientos se han vuelto a colocar. Esperemos que el año que está a punto de llegar sea el de la consolidación y el de la vuelta a Europa.
Es tiempo de pensar en lo que dejamos atrás y en lo que vendrá, con la esperanza de que lo que venga sea mejor. Si me tengo que quedar con algo de este año es esa imagen de unidad del valencianismo el día 11 de diciembre bajo un lema, 'Por la dignidad del Valencia CF', que ya forma parte de nuestra historia. Y si algo espero a nivel deportivo del 2022 es que sea el año en que recuperemos nuestro club y se nos devuelva esa dignidad. Mucho nos ha hecho sufrir el Valencia estos últimos años y seguro que sufriremos más, pero eso va en nuestro ADN y no somos de dejar de luchar y sufrir.
Pero sin duda este año, y espero que por muchos más, me quedo con la vuelta a Mestalla acompañada de mi familia. Comprobar como mi madre acude al campo con la misma ilusión del primer día. Ver como mis sobrinos han vuelto a saltar con los goles del Valencia y emocionarse con el equipo. Sentir que mi padre, desde el cielo, estará feliz por ver como ese sentimiento que él nos inculcó sigue más vivo que nunca. Esto no tiene precio.
Me emociona ver como el valencianismo sigue fuerte y ese espíritu de lucha no decae. Si hace unos meses la ilusión de muchos se venía abajo y veíamos como era difícil recuperar ese sentimiento de pertenencia, hoy creo que nos hemos dado cuenta de lo mucho que significa ese escudo y que este club merece que lo cuidemos y lo defendamos hasta el último suspiro.
El camino no está siendo fácil, pero la tranquilidad y el orgullo por intentarlo vale mucho la pena. Ese camino empezó hace más de un año y seguirá hasta que lo hayamos dado todo por conseguirlo. Sólo falta que las gradas de Mestalla se vuelvan a llenar y animar como antes.
Que el año 2022 nos dé la fuerza y la salud necesarias a todos para seguir luchando por lo que queremos y en lo que creemos.
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