Un verano más se abre el debate de Meriton en el Valencia CF y cada uno de sus proyectos. Los que hay que no ven ... brotes verdes porque Peter Lim sigue en Valencia y les comprendo. Y los hay que tratan de mirar solo al césped para no echarse a llorar; y también hay que entenderlos. Yo -en un ejercicio de equilibrismo- creo que ambas cosas pueden ser compatibles. Está claro -ocho años no se borran en ocho semanas- que el enemigo común es Meriton. Peter Lim sigue siendo el dueño de la S.A. (jamás lo será del C.F.) y, por tanto, responsable de todos los males actuales del club; responsable de empequeñecer al Valencia CF, de sacarlo de la élite europea y de descapitalizarlo de futbolistas en cuanto llega una oferta (que no una buena oferta). A estas alturas de la película no hay debate sobre eso salvo los interesados en los famosos cien mil euros de Anil Murthy para matar mediáticamente a Carlos Soler.
Pero que Peter Lim sea el problema de todo no significa que todo esté mal hecho. Lo dije cuando llegó y lo ratifico cada día; me gusta Gattuso. Me gusta mucho, diría en este momento. Aunque sea de Mendes -como casi todo por aquí-, y forme parte de la 'familia' Meriton, creo que el Valencia CF tiene un buen entrenador. Un buen representante de la entidad, un hombre carismático para la gente y un técnico cuyo fútbol encandila al personal. La ilusión que vemos en Mestalla desde que empezó la liga no es normal tras la pasada temporada. Hay que recordar que el último partido de la pasada liga el valencianismo se quedó en la calle para pedir la marcha de Peter Lim mientras el equipo jugaba frente al Celta. Y, en cambio, hoy hay 4.000 abonados más y una fiesta cada partido en casa. El equipo transmite, genera electricidad, levanta la pasión y juega bien al fútbol; a ratos pero que muy bien al fútbol. Y todo eso es cosa de Gattuso, que en dos meses ha conectado con jugadores, grada, entorno... solo con su carisma y trabajo. Y, sí amigos; lo ha traído Lim. El mismo Lim al que queremos entre todos echar.
A eso hay que sumarle que, precisamente porque Gattuso es de la cuerda singapurense, han llegado muchos jugadores entre fichajes y cedidos. Los cedidos no son tuyos pero no parecen experimentos estilo Filipe Augusto. Y los fichajes no son Dorlan Pabón. Ya ni les hablo de Cavani pese a sus 35 años; una estrella mundial del gol como Lewandowski (33) o Benzema (34) que llega al club gracias a la implicación económica directa de Lim. Esa que, por cierto, no tiene para otras muchas cosas. Pero sin Lim no estaría aquí.
La pelotita marcará, como siempre, el destino de la temporada. Pero, a uno de septiembre, podemos ver las cosas de dos maneras; con ilusión, porque parece que se estan haciendo algunas cosas bien en lo deportivo que puede ser decisivas... o creer que 'todo mal porque sigue Lim'. Podemos pensar que, mientras Lim no se vaya, al menos parece que está naciendo algo que podría ser sensato y bueno alrededor de Gattuso... o mantener que 'todo mal porque magnae de Singapur no se va'.
Yo no olvido lo que es Lim. Quiero que se vaya como canta Mestalla cada minuto 19. Pero lo que no voy a permitir es que el bosque no me deje ver el árbol. ¿Estamos ante un árbol del mismo bosque? Sí. Pero me gusta este árbol; lo veo florecer y parece que dará buena sombra. Y todos necesitamos un ratito de sentarnos bajo su influjo y disfrutar de un poco de aire fresco antes de continuar el camino de salida de este bosque oscuro llamado Meriton. Bienvenido el descanso si lo trae Gattuso. Y que dure.
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