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Urgente El Cuponazo de la ONCE del viernes deja un bote de 6.000.000 euros a un único afortunado

Tahúres zurdos

ROSEBUD ·

Antonio Badillo

Valencia

Martes, 4 de octubre 2022, 00:24

Pregunta de quesito: ¿De quién se ha dicho en el Congreso que su palabra vale menos que un euro marroquí? Triángulo rosa de Espectáculos para el que conteste Sánchez, aunque en la próxima actualización del Trivial la respuesta bien podría ser Puig. Si no eso, ... algo muy similar debió dedicarle el propio Sánchez cuando le salió con lo de los impuestos; nuestro Robin Hood hispano, presto a robar a los ricos para dar a los pobres, de pronto despechado por su Lady Marian valenciana. Ay Ximo, se oyó en Moncloa, cuatro veces barón: socialista por liderazgo autonómico, rojo de credo y ahora Ashler a tenor de tu doble cara y de Munchausen tras los pinitos como aventurero político. Pero no ha habido tal traición, pues en el fondo lo de Puig es un supremo ejercicio de sanchismo, posicionamiento electoral, el guiño a los caseros ocho meses antes de renegociar con ellos el alquiler del Palau. Poco importa que para eso deba proclamar que baja impuestos (y se le ríe Mazón, pues él lo dijo primero), que procede una caza de brujas contra quien baje impuestos (y se le pone cachondo Sánchez) y de nuevo que baja impuestos (y sólo le falta ya contratar a la Orquesta Topolino). Todo vale, se lo enseñó a Puig el gran jefe monclovita así que nada puede reprocharle, si a cambio eleva el listón del PSPV hasta las rentas de 60.000 euros, más burguesía que proletariado en términos clasistas. Porque las encuestas aconsejan alejar el reclutamiento del bosque de Sherwood trapicheando con el bien más preciado en tiempo de crisis, el dinero. Y si encima suben al carro los menores de 30 años por lo que cuesta un billete de metro, jaque mate peperos. Qué narices, nada tan humano como el espíritu de supervivencia, y Puig ha decidido no ser el lastre del globo de otro en su ascensión a la deriva; ante el malestar en los Madriles, alegará defensa propia. Corre sin embargo un riesgo. Para jugar al juego de Sánchez hay que ser Sánchez. O eres otro trilero o terminarás como Onésimo, aquel habilidoso futbolista que se perdía en los regates. Demasiadas fintas acumula ya Puig -impuestos, crisis de Igualdad, el hermano, el tren que no acabó en tragedia de chiripa...-, y tras alguna de ellas se desorientará, de espaldas al marco rival y corriendo solo hacia el córner. Pregunta de quesito: ¿Quién serigrafiaba epitafios a Camps en camisetas? Oltra, acertaste, el triángulo naranja de Pasatiempos te pertenece. Tras gozar de más honras fúnebres políticas que las de Isabel II, queda para futuras ediciones del juego que el suyo lo ha escrito Baldoví, asumido ya que el hipotético blanqueamiento judicial llegaría demasiado tarde. Ahora, si no falla la genética de los Targaryen de la progresía, se avecina para el nacionalismo otro episodio fratricida. Pregunta de quesito: ¿Quién pidió el fin de Barberá porque los veinteañeros no conocían a nadie más en esta ciudad? Ribó, claro que sí. Triángulo amarillo de Historia. Pues como repita, cuando venza su mandato no habrá menor de edad que recuerde otro alcalde, ni Valencia distinta de la que él ha devaluado. Pregunta de quesito: ¿Quién cantó «quise agarrarme como un náufrago a cualquier objeto flotante»? Tahúres Zurdos, y ficha marrón de Arte para los líderes de nuestra izquierda; siempre zurdos, tahúres con frecuencia y ahora también náufragos. Ante el big bang electoral, el menor de sus problemas será el PP.

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