Lee uno las cosas que escriben los 'altos cargos' en Twitter y se pregunta cómo es que no ficharon ya a Paco Morales. No digo ' ... políticos', que me dan igual, sino 'altos cargos', que los pagamos directamente. No está Paco, que nos vendría fenomenal. No será que no hay asesores. He perdido la cuenta, pero hace hoy un año mi compañera Marta Hortelano pasó revista y comprobó que nos gastamos cinco millones al año en 107 plazas. Solo en la Generalitat, y de eso hace un año... y Paco Morales no está entre ellos. Un drama.
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Y es que estaban todos en sus cosas la semana pasada cuando un concejal que debería estar más preocupado en aprender que en enseñar, que su cerebro todavía conserva la elasticidad que se pierde a partir de los 30 años, se puso a vacilarle al alcalde de Valencia. A Joan Ribó se la bufa todo, así que por él no hay problema. Pero cómo se puso Doña Mónica, y así saltó Campillo y no sé quién.... todos pagados por nosotros. En esas apareció Paco Morales y arrojó una luz tan deslumbrante que, de no ser porque vamos con orejeras, habríamos celebrado la llegada de un Mesías acompañando el nuevo amanecer. «¿No sería preferible discutirlo en un despacho?. No creo que Twitter sea el lugar para resolver las diferencias de los gobiernos de coalición». Así lo dijo. Verdad incontestable. Redonda y sencilla, sin aristas.
Morales es «médico farmacólogo. Interesado en el riesgo cardiovascular y la seguridad de los medicamentos entre otras muchas cosas». Tiene 276 seguidores, una cifra modesta en comparación con los grandes opinadores, pero clavóla. Ojalá tener a Paco entre el centenar de personal pagado para asesorar a nuestros altos cargos de la Generaltat, sin contar a los del Ayuntamiento de Valencia, que cobran igual o mejor. También es cierto que quizá no le harían ni caso. Pasa mucho. El asesorado coge el móvil, se pone a dar rienda suelta a su creatividad y te la lía parda. También es cierto que entre los asesores se dispone de una caterva de jaleadores, algo que no es nuevo, porque ahí estaba Grezzi, que ya demostraba estar muy en su mundo (alguno de su grupo municipal se piró harto de él), pero que ha encontrado dignos sucesores.
Lo del asesor juicioso, estilo Paco Morales, que ojalá tenga un oficio que le permita estar lejos de mí y de aquellos sobre los que escribo, es un mito que luego no se valora. Es como las parejas que aportan estabilidad, temple y permiten tu desarrollo personal. Todos decimos que queremos alguien así, pero la mayoría se aburre. El cuerpo pide salsa. Hacer el idiota y complicarse la vida, así que, Paco, es una lástima, pero tú a lo tuyo y que salga el sol por Antequera.
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