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Tópicos contra la nueva FP

EL ESTADO DE LA EDUCACIÓN ·

La propuesta del Gobierno para la ordenación ha recibido el habitual rechazo ideológico de aquellos para los que todo lo que incluya la palabra empresa es malo

PABLO ROVIRA | DELEGADO DEL PERIÓDICO MAGISTERIO EN LA COMUNITAT

Martes, 29 de junio 2021, 08:51

Hay una especie de mantra de que las empresas no necesitan a universitarios«. Quien habla es José Manuel Pingarrón, secretario general de Universidades, y su ... respuesta atiende al debate propiciado por el proyecto de Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional. Es interesante el rebote de un responsable universitario, porque el debate sobre la FP se ha llenado de tópicos. Algunos, apriorismos ideológicos.

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Entre ellos, que la reforma, que amplía la participación de las empresas en el sistema formativo, mercantiliza la Educación y la pone al servicio del capital y no de las personas. También, por apostar por la FP y no por la universidad (que no veo bien dicha incompatibilidad) es porque el Gobierno no quiere ciudadanos críticos y librepensantes sino mano de obra barata. Otro tópico, que viene del histórico «la universidad para el hijo del obrero» que todavía canta el Sindicato de Estudiantes, que la promoción de la FP se hace por personas (políticos y empresarios) que no la quieren para sus hijos sino para los de la clase trabajadora. En frente, está el lugar común de que ahora hay más trabajo para titulados de FP que universitarios. También que si hay desempleo, no hay que cambiar la Educación sino los sectores productivos. Y así.

Más allá de los tópicos, uno de nuestros problemas no es que nos sobran universitarios sino que nos faltan titulados de FP, y los que faltan no hay que sacarlos de entre los universitarios, sino del abandono educativo que todavía es muy alto. Y esto, aunque lo solucionemos para las generaciones escolarizadas, ha quedado enquistado en aquellos jóvenes y no tan jóvenes que ya no estudian. Otro problema, es que tenemos una desconexión entre ofertas de empleo y personas formadas y hay puestos de trabajo que no se cubren y pese a los tópicos de que se trata de sectores intensivos de mano de obra no cualificada y estacionales -acusadas de precarios en cuanto a calidad del empleo- también ocurre en sectores industriales e innovadores, de esos que favorecen el cambio de modelo productivo que tanto se habla.

Y el otro gran problema es nuestro altísimo desempleo juvenil. Bien, sus razones no estarán en la escuela, pero no está mal plantearse qué se puede hacer desde la Educación para aportar su granito de arena para reducirlo. Sí, el universitario tiene más empleo y mejores condiciones laborales que el titulado de FP, pero la distancia entre ellos es mucho menor que con quien no tiene titulación o la tiene muy baja. Y esto ocurre, en mayor medida, en grupos de edad que están fuera del sistema. Al mismo tiempo, como país, perdemos competitividad si a los sectores emergentes les cuesta lograr mano de obra cualificada. También perdemos competitividad cuanta mayor distancia haya entre las redes de educación profesional y de formación para el empleo. Recuerden los cientos de millones de euros que vienen de Europa para formación y no llegan a gastarse.

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La propuesta del Ministerio une ambas redes y crea una formación gradual, acumulativa y de distintas intensidades. Es lo positivo. La duda: la apuesta por la orientación, que no basta decirlo sino hacerlo bien y con recursos. La debilidad: romper tanto la estructura de etapa pues pone en riesgo la adquisición de competencias no cognitivas y transversales. Justo las que cada vez cobran mayor protagonismo en las empresas ¡Hala, ha dicho empresas? ¡Ups!

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