Largo alcance. Defendía este viernes en Valencia el rey Felipe VI que se necesita una «política científica decidida y de largo alcance». Lo hacía en ... la entrega de los Premios Jaume I, cuyos galardonados, en su discurso, recogían en apenas unos minutos el pulso de lo que ha sido la semana. Porque más allá de la reforma laboral, de la crisis de las materias primas y los costes energéticos o de la huelga del metal, estos días atrás se ha hablado -y mucho- de emprendimiento, de innovación y de transformación digital, palancas para mejorar la competitividad y, por tanto, para estimular el crecimiento de las empresas y de la economía y la sociedad en general. Sí, suena a discurso recurrente, a palabrería que envuelve los grandes anuncios de las administraciones, pero hay algo más allá cuando hasta tres actos han coincidido en reivindicar esas palancas y en reclamar más inversión para activarlas: los mencionados premios, la presentación del Valencia Digital Summit y un evento de la Fundación LAB. Y otro más, aunque la semana pasada: el Redit Summit.
Artificios. «Nuestros retos deben estar focalizados en avanzar con más ciencia, más investigación y más emprendimiento», señaba el presidente de AVE, Vicente Boluda, en su discurso de los Jaume I al tiempo que pedía alejarse de esos «asuntos banales y estériles» que salpican con frecuencia la agenda política. No es la primera vez que el empresario se pronuncia así. Antes del verano ya denunciaba que «un país sin ciencia se empobrece» y se quejaba de que las «trifulcas políticas tapen «lo que es realmente importante»: crear empresas y apostar por la ciencia, la tecnología y la investigación. A AVE hay que reconocerle su empeño en que el tema avance, pues ha puesto en marcha la Fundación LAB, una iniciativa que viene a recoger el testigo de la plataforma #QuieroCorredor. Ojalá ese clamor, visibilidad y unanimidad de empresarios y sociedad civil lograda alrededor de la infraestructura ferroviaria se traslade a la I+D+i.
Porcentajes. Porque las cifras demuestran que la Comunitat invierte, sí, pero en porcentajes que no se corresponden ni con su peso poblacional ni con el PIB: un 8,1% en I+D o el 6,9% en el caso del gasto en esta materia que realizan las empresas. Y eso que fue de 600 millones en 2019 (1.264 millones en el conjunto valenciano), según el estudio que el IVIE realizó para LAB y en el que sacó los colores a la Comunitat, que invirtió aproximadamente la mitad en I+D por habitante que las autonomías más avanzadas de España. En concreto 253 euros frente a los 613 de Madrid, 473 de Cataluña o 675 del País Vasco. Y es entonces cuando hay que dar el tirón de orejas a la Administración y exigirle que los compromisos tantas veces anunciados se transformen en hechos. Porque la investigación no sólo redunda en la química o en la medicina, sino que abarca todo: turismo, infraestructuras, educación... Porque resuelve los problemas de una sociedad.
Pacto de Estado. Era la petición que hacía también ayer Ximo Puig, un pacto de todos por la ciencia. Así sea. ¿El hándicap? Esa misma petición ya se hizo el año pasado, cuando la pandemia nos hizo ver la importancia de la I+D+i y la necesidad de mayor inversión. Doce meses después, la misma petición y las insistentes reclamaciones por parte de investigadores y empresarios, que ven como de este tren se habla mucho pero se ejecuta poco, como el corredor mediterráneo o la financiación autonómica.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.