La fotografía de este artículo está tomada el 17 de septiembre de 1988 en el restaurante situado en los pisos 106 y 107 de ... la Torre Norte del World Trade Center de Nueva York. En la foto vemos, de izquierda a derecha, a Amparo Codoñer, Rafa Marí, Fernanda Zabala, José Serra y Mara Calabuig. Tomó la foto Rafael Mauricio, popular voz de Radio Valencia y marido de Amparo Codoñer. El motivo de nuestro viaje a la ciudad de los rascacielos fue asistir a la inauguración del Museo Lladró en la calle 57 de Manhattan. Nos hospedamos en un hotel muy cercano al Central Park.
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El próximo viernes se cumplirán 33 años de aquella cena de seis valencianos animados por una gran curiosidad turística. Y anteayer, día 11 de septiembre, se conmemoró con tristeza el 20 aniversario del atentado que cambió el mundo para mal. Las Torres Gemelas ya no existen y tampoco están con nosotros cuatro de las personas (Amparo Codoñer, Fernanda Zabala, Mara Calabuig y Rafael Mauricio) de aquella agradable y vital cena neoyorquina. Me entristece mucho pensar en las ausencias.
Recuerdo algunas cosas concretas de la velada en el World Trade Center. La gastronomía fue solo discreta y el precio de la cena resultó menos caro de lo que calculábamos. La factura nos pareció razonable. El tema principal de la sobremesa consistió en establecer las diferencias de Nueva York con Valencia en el ritmo ciudadano. También jugamos 'a las películas'. ¿En cuál de ellas nos había fascinado más Nueva York? Ganó de calle 'Un día en Nueva York' (Stanley Donen y Gene Kelly, 1949).
Regreso al tiempo actual.Del abismal septiembre neoyorquino de 2001 al peligroso septiembre español de 2021. Detestable homofobia, siempre agresiva, física y/o psicológicamente. Una intolerancia llena de veneno y odio. La única intolerancia saludable es la intolerancia con los intolerantes. En estos años angustiosos de la pandemia y el cambio climático, la homofobia ha aumentado. Además de lamentar la saña de los heterosexuales homófobos, el impulso periodístico me incita a comentar también algunos rasgos de los homosexuales homófobos, que los hay, mejor o peor emboscados.
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Para homófobo psico-analizable tenemos el caso reciente, sucedió la semana pasada, del joven gay madrileño (20 años) que pidió, en una consentida sesión sadomasoquista, que le grabasen con un cuchillo la palabra 'maricón' en el culo. Y luego, imaginativo en su demencia, para ocultarle a su novio la verdad, denunció ante la policía nada menos que haber sufrido la agresión de unos encapuchados. Hablemos del novio. No es por nada, pero se me hace duro de entender que alguien se enamore de un homosexual homófobo, masoquista, fantasioso y tóxico.
Algo similar ocurría en 'Marnie, la ladrona' (1964), obra maestra enferma de Hitchcock (así la calificó Truffaut, con ese bello oxímoron; 'obra maestra enferma'). Mark Rutland (Sean Connery) le echa en cara a Marnie (interpretada por Tippi Hedren): «Estás enferma, Marnie, eres una cleptómana y una mujer frígida». Ella responde con demoledora tranquilidad (cito de memoria y con algún añadido retórico): «Tú tampoco estás bien del todo. Nada menos que te has enamorado de una cleptómana y frígida como yo. ¿Qué te pasa, Mark, lo has meditado alguna vez?». Tocado.
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