La trampa y el cartón de Compromís
EL FRANCOTIRADOR ·
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La gestión ha hecho evidente la trampa y el cartón de Compromís. El tiempo ha puesto a la coalición econacionalista en su sitio, que no ... es otro que el de no haber salido nunca de la oposición. Compromís nació para estar siempre a la contra, porque sus genes son los del adversario, no los del gobierno. Mónica Oltra y los suyos crecieron desde la algarada parlamentaria. Los casos de corrupción del PP y el desencanto permitieron la suma de los socios del Botánico. El problema fue llegar al Consell, tomar el mando y tratar de ajustar un presupuesto a las realidades sociales. Sumar no quiere decir compartir. El PSPV de Ximo Puig sí que es partido de gobierno, porque ha liderado la Generalitat durante muchos años y sabe qué es llevar las riendas de una gestión. El propio Puig estuvo en aquellos tiempos en los que Lerma era el referente de los valencianos como primer presidente electo del Consell. Ayer por la mañana, en la recta del aeropuerto a la avenida del Cid, una procesión de camiones y furgonetas enfilaba su entrada a Valencia con carteles en contra de las políticas del Consell con los apicultores. Una protesta contra la conselleria de Agricultura, en manos de Compromís. De la misma manera que estamos a unas horas del alboroto en las estaciones de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) por la anunciada reversión que apunta a que se va a convertir en un caos. Una mala gestión de la conselleria de Economía, también de Compromís, que hasta el propio PSPV, socio del Botánico, critica y cuestiona por la falta de previsión y medidas. Y a todo esto se suma la reciente protesta de las residencias, que claman contra un decreto que va a disparar el precio de cada plaza y que, ahora mismo, puede dejar en la calle a más de 8.400 personas porque no están contabilizadas en el sistema. La igualdad y los servicios sociales caminan en el alambre con Aitana Mas de la mismas manera que pasó con Oltra, protagonista principal del caso más lúgubre de las dos legislaturas del Botánico. El Síndic de Greuges, que en ocasiones ha ejercido con más fuerza que la oposición, ha desnudado con dictámenes un gestión deficiente y con muchas lagunas en la conselleria. Los centros de menores y la falta de residencias públicas son dos ejemplos claros de que las promesas electorales no son más que papel mojado. La explosión llegó en Agricultura, con la crisis abierta a nivel institucional en el partido y con Aitana Mas cumpliendo las órdenes para exterminar al clan de los Mollà. Todo formaba parte de una estrategia para hacerse con el control total del partido. Con Morera se fue más sutil, y la ejecución se programó en base a las reglas de las primarias. Ocho años después de su llegada al Consell, Compromís hila su historia entre pulsos y protestas, sin nada destacable más allá de un sonoro fracaso en su plan de energías renovables y con las personas tan cautivas como antes.
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