TRAS EL DESCANSO LLEGÓ LA INCERTIDUMBRE
Con llegada ·
FERNANDO GÓMEZ
Jueves, 23 de enero 2020, 09:16
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Con llegada ·
FERNANDO GÓMEZ
Jueves, 23 de enero 2020, 09:16
Son partidos incómodos. Ya vimos lo que sufrió el Barcelona para eliminar al Ibiza de Amadeo Salvo. Incluso el Athletic Club tuvo que pasar ante el Elche tras la siempre impredecible tanda de penaltis. Ya hubo equipos eliminados en la anterior ronda. También en estos mismos dieciseisavos ha caído algún primera división. Pero el Valencia, al menos con respecto al Barcelona tenía una ventaja, estaba sobre aviso y jugaba su partido en un campo de césped natural.
Una alineación titular apreciable, consistente, permitía albergar la esperanza de éxito asegurado. Tan solo la defensa variaba con respecto a lo esperado, más por la elección de Correia que por los otros tres compañeros en línea defensiva. Mangala, Diakhaby y Costa merecían la oportunidad desde el inicio. De medio campo hacia adelante, algunos habituales acompañados por Kang In Lee y Esquerdo, que también debían estar entre los elegidos por Celades contra un rival como el Logroñés.
Primera mitad buena hasta los últimos cinco o diez minutos, el equipo salió decidido a mandar. Gol anulado a Maxi, el que sí subió marcador también del uruguayo, y dos pelotas salvadas en línea de meta por defensores locales. Tan solo al final el Logroñés se animó y logró acercarse con algo de peligro al marco defendido por Jaume, tras la lesión de Cillesen en el calentamiento. Ventaja en el marcador de uno, absolutamente necesario hacer el segundo para no sufrir, no permitir que los futbolistas del equipo riojano albergasen ni la más mínima esperanza de pasar, o al menos complicar, en alguna medida, el pase de los nuestros.
La segunda mitad no comenzó bien. Ellos presionaron eficientemente, evitando una clara salida desde atrás del Valencia y controlando el juego. Robaban y corrían, y generaban incertidumbre y desconcierto. Costó mucho hacerse con el mando de nuevo. Un par de ocasiones del Valencia, una de Maxi y otra de Ferran, pareció apaciguar el entusiasmo local, pero aún quedaban más de 15 minutos para terminar el encuentro y seguíamos sin hacer el segundo, el que sentenciaba la eliminatoria.
Ellos acusaban el esfuerzo, pero la escasa ventaja visitante les hacía perseverar. Y llegaron los cambios que introducían jugadores titulares del Logroñés, con muchas ganas y mayor probabilidad de acierto. Nosotros no acabábamos de definir el envite. Coquelin y Gameiro al campo, más fortaleza en medio campo y frescura arriba. Nueva oportunidad para el francés.
El tiempo parecía no avanzar. No pasaban los minutos. Y no nos sentíamos amenazados, tan solo era la incertidumbre, no tener absolutamente claro que no marcarían en cualquier jugada. Tres minutos de descuento. Ya quedaba muy poco. Y se acabó. Como he dicho, no nos sentimos demasiado amenazados, pero la escasa ventaja nos hacía dudar. Se terminó, ahora el Barcelona en Liga.
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