Tras Oltra, el PP prepara la quilla para Bravo

Si tuviera que apostar, lo haría porque la síndica del grupo popular en Les Corts está leyendo con atención la comparecencia del pasado jueves de Bravo en el parlamento. Los suyos (PSPV, aunque no todo) la aplaudieron y luego loaron su solvencia. «Quiero que quede claro que el Centro de Coordinación de Emergencias no va poder comunicar nada a Adif porque no va a recibir ninguna notificación de ninguna medida referente a la suspensión de la circulación. Si no se recibe ninguna notificación, no puedes comunicar lo que no existe». Dijo la consellera. Un razonamiento vinculado a Frazer, Wittgenstein y hasta Freud y Jakobson. Si no se nombra, no existe.

El tren estaba ahí, rodeado de llamas. La situación era tan brutal, existía de manera tan ardiente, que la maquinista paró y algunos pasajeros salieron de allí zumbando. Existió, y el PP prepara ya la cuerda.

María José Catalá se estrenó el año pasado como portavoz del PP en Les Corts en el debate de política general de la Comunitat. Lo hizo apuntando hacia Oltra de manera evidente, y con tanta claridad que incluso sorprendió a los propios. No tanto a los extraños, incluidos la propia Oltra. Los populares consideraron que la situación de la exvicepresidenta era en ese momento muy comprometida y que aún lo sería más. Ahora no piensan soltar el bocado de Bravo, que ha pasado un mes de agosto en las antípodas del verano azul. Primero, con el Medusa (en ese lugar, el día de los desprendimientos, habría que preguntarse si en Cullera hubo algún incidente más, porque si no hubo muchos además del desprendimiento de las piezas del escenario, y eso que allí mismo había una noria, pues quizá habría que pensárselo, ¿no?); luego, los incendios (uno de ellos arrasó exactamente el mismo lugar que diez años atrás, lo que dice bien poco de lo hecho en esa zona en materia forestal); y además, el tren, ese que existe, como existen las quillas.