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TRECE AÑOS DESPUÉS

De Torino a Mestalla ·

Miércoles, 29 de enero 2020, 07:50

Pues sí, han tenido que pasar 13 años para que volvamos a ver al Valencia ganar al FC Barcelona en Liga y en Mestalla. ¡Y qué gusto da! No es comparable con la victoria del 25 de mayo pasado cuando les ganamos en la final de la Copa, pero sabe muy bien. Mis sobrinos salieron de Mestalla felices porque decían que nunca habían visto ganar al Barça en el campo de Mestalla. Pues ya lo pueden decir. El Valencia ganó 2-0 y bien pudo ser un resultado más amplio si el 'uruguayo' no falla el penalti, y el larguero y el árbitro no lo impiden.

Y esta gran victoria del Valencia fue para muchos, como casi siempre, una derrota del Barça. Se escudan en que si el Barça no carbura, que si Setién no ha encajado, que si Messi, en fin, tantas y tantas justificaciones menos admitir que el rival también juega, que lo hizo mejor y ganó por méritos propios. Pero ya estamos acostumbrados por estos lares a que se nos ignore y menosprecie. Con lo poco que cuesta reconocer, sólo de vez en cuando, que el buen fútbol no es cosa de dos.

Muy poco entienden de fútbol los que no quieren ver el partidazo que jugaron Gayà, Kondogbia, Coquelin o Ferran. Sin olvidar el gran trabajo en defensa de esa pareja de centrales, Paulista y Garay, que se han convertido en un muro infranqueable. Y ganamos bien, ganamos fácil y lo hicimos sin Parejo. Había cierto temor en el ambiente previo por la ausencia del 10 del Valencia. Y cuando Maxi falló el penalti fuimos muchos los que nos acordamos de él. Pero sólo fue un rato. Se demostró que también sabemos ganar sin él y eso es una buena noticia. Este equipo sigue demostrando que sabe sufrir y que no se les ha olvidado jugar al fútbol. Aunque a veces se empeñen en hacernos creer que sí, como el partido de Mallorca.

Y si alguien pasó desapercibido en este partido, ése fue Rodrigo. Parecía que su corazón estaba aquí pero su cabeza un poco más lejos. Cuando acabó el encuentro todos los jugadores saludaron desde el centro del campo, todos menos él, que desfiló cabizbajo y veloz hacia los vestuarios. No me gustó ese gesto y me llevó a pensar que su futuro está más fuera que dentro del Valencia. El culebrón Rodrigo se repite y en el peor momento. Su silencio le delata. Si se va es por dinero como pasa siempre. Si se quiere quedar es tan fácil como decirlo. Ojalá se aclare ya, como parece, su situación por el bien del equipo.

Y hoy hay Copa del Rey. Hoy nuestro camino hacia la reconquista pasa por León. Partido trampa ante un equipo que sabe lo que es eliminar a un grande. No hay que fiarse de la superioridad y darlo todo. Porque estamos en octavos y ya queda menos para poder jugar una nueva final y repetir el sueño.

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