Queridos Reyes Magos: este año nos lo merecemos todo. ERTEs por aquí, botellones por allá, subidas del IPC mes a mes, guerra entre olímpicos y ... titanes en el Gobierno y el principal partido de la oposición a dos años de elecciones, ruido y pocas nueces en la infrafinanciación y crecimiento espectacular de contagios a la entrada de la Navidad. Por si lo que llevamos y la subida estratosférica de la luz y los carburantes fuera poco. Reconocerán Sus Majestades que nos hemos portado extraordinariamente bien; empezando, cosa rara, por los sindicatos.
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Deseo, ya que nos han librado de las profecías de Fernando Simón, por favor, que no nos lo devuelvan. Si echamos de menos su voz podemos buscar un vídeo antiguo en Internet; hasta es posible que acierte en retrospectiva al final de la pandemia. Gracias por adelantado.
Deseo también amor y paz para el Gobierno y la oposición, a ver si se centran en lo importante. Cuando no se dan codazos, se lanzan patadas en diferido hasta desde El Vaticano. Esto último con mucho estilo y oportunidad: cual Gaspar llegaba Yolanda, cargada con una estola delicadamente bordada por las Carmelitas Descalzas para Su Santidad y un libro, guiño a los gallegos. Es la estrategia de Yolanda para el 'sorpasso' a Sánchez: que la mano izquierda no sepa lo que hace la derecha.
Mientras llega la paz, sentido común para el PP, que anda muy despistado con sus guerras internas: qué necesidad tenía de descalificar al Papa para poner de manifiesto la incongruencia de la visita de Yolanda, con las leyes que ha firmado el Gobierno en los últimos meses. Y, para el PSOE, cuatro pares de lentes bien graduadas; andan muy cortos de vista si, tras conocerse las amenazas a una familia -a un niño de 5 años- por solicitar el 25% de la enseñanza en castellano, su Defensor del Pueblo sólo es capaz de declarar que «de lo que hemos conocido hasta ahora, yo digo que no hemos conocido lo que tenemos que conocer para poder tomar una resolución» -ni Rajoy se hubiera expresado mejor-. Los otros tres pares, urgentes: siguen sin quieren ver a Bildu por lo que realmente es.
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Desearía un décimo de navidad para Corinna (premiado): si no empieza pronto negocios inmobiliarios millonarios en Marte de la mano de China o Emiratos Árabes acaba con la monarquía. Mi último deseo es un puesto para Grezzi. Idealmente, en un municipio holandés rodeado de bosques; llano, para que puedan trotar alegremente las bicicletas, tan pequeño que no requiera la circulación de autobuses. Si no es mucho pedir, necesitado de siete u ocho maceteros verdes llenos de plumeros. Con ilusión y cariño, Elvira.
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