Última hora del tren convencional

Ahora que la actualidad vive casi permanentemente en una última hora entre mociones de censura, candidatos a las elecciones madrileñas o la vacuna de AstraZeneca (la pandemia sigue ahí), el tren convencional, que es la red más próxima al ciudadano y la que tiene más papeletas para actuar como eje vertebrador de un territorio, también ha lanzado su propia última hora aquejada como está de falta de inversiones y de protestas de los usuarios (entre otras cosas por el deficiente servicio o las supresiones de trenes), incluso de los colectivos de sus trabajadores.

Estos últimos, por ejemplo, presentaban recientemente -a través del sindicato Asimafe- un estudio en el que el 82% de los maquinistas consultados señalaban que la red ferroviaria en las líneas convencionales (Cercanías, Media Distancia y también los convoyes de mercancías) está obsoleta. Es más, el 88% de los encuestados afirmaban que conocen líneas que no han variado desde hace al menos 30 años y otro 82% resaltaban que circulan habitualmente por tramos que deberían ser mejorados «urgentemente».

A su voz de alarma se unía el grito que hace apenas unos días lanzaban varias plataformas ciudadanas (Pueblos con el tren, Plataforma de Defensa del Ferrocarril de CGT, Indignats amb Renfe y Plataforma d'Usuàries del tren valencià) para reclamar al Ministerio de Transportes más inversiones en la red ferroviaria. Lo hicieron con actos de protesta (medidas antiCovid presentes) en Aldaia, Xirivella, Huete, Cuenca y Camporrobles, localidad donde escenificaron la defunción del tren y donde se vio que en la España ferroviaria sí hay dos velocidades. A un lado, las líneas del AVE; al otro una red convencional más propia del siglo XIX que del XXI a pesar de que tanto se hable de la movilidad sostenible o del reto de la descarbonización del transporte que marca Europa, objetivos en los que el tren juega un papel clave.

Sirva como ejemplo de esa situación la línea C-3 de Cercanías que discurre entre Valencia y Utiel, municipio desde el que pasa a ser el Media Distancia hasta Cuenca. O discurría porque el paso del temporal 'Filomena' supuso el corte de esa parte del trazado desde el 8 de enero y así sigue más de dos meses después. De hecho, es el único tramo de toda la red nacional que continúa sin restablecerse. Adif alega que existen 65 puntos con deficiencias en los que deben actuar, por lo que aún no pueden fijar una fecha de reactivación del servicio.

Y ahí está el temor de los usuarios y de los municipios por los que discurre la línea: que esas afectaciones sean la excusa para cerrar una línea que tarda dos horas en recorrer los 120 kilómetros que separan Utiel y Cuenca debido a que existen limitaciones de velocidad a 20 y 30 Km/h por deterioro de la infraestructura y la velocidad máxima es sólo de 60 km/h. «En los últimos 35 años, las inversiones han sido prácticamente nulas, y el progresivo deterioro de la línea ha significado una constante reducción de servicio y calidad del mismo», recuerdan los afectados.

Lo advertía también Teruel Existe hace unas semanas a cuenta del estado de la conexión ferroviaria entre Sagunto y Zaragoza, donde la pérdida de viajeros es constante. «Parece que haya un plan diseñado para que los viajeros no utilicen el tren», lamentaba este colectivo. Porque si no hay pasajeros difícilmente se pueden alcanzar los criterios fijados en las llamadas OSP (Obligaciones de Servicio Público) por las que el Estado mantiene estas líneas. Así que urgen esas inversiones que den respuesta a una demanda social y que eviten que el tren se borre.