Vacunas poco ejemplares

EL ESTADO DE LA COMUNITAT VALENCIANA ·
No hay nada más feo que usar un cargo público para colarse en la inmunización. Un puñado de concejales lo hizo sin responsabilidad. Ribó tampoco ha acertado

Arturo Checa

Valencia

Domingo, 16 de mayo 2021, 07:55

Que alguien me llame. Esa fue la voz que En Joan Ribó lanzó en Twitter el pasado miércoles. «Ya estoy cansado de dar mis ... datos para que alguien me llame a vacunarme», fue su desesperado grito virtual. Sólo 15 horas después, gracias a los 108.000 seguidores que acumula en su red, gracias a ser un cargo público y gracias al «equipo que le ayuda con las redes sociales» (que él mismo reconoce en su perfil, o sea pagado con dinero público), merced a los 183 retuits que tuvo el mensaje, en menos de un día, «casualmente» según dijo él, el alcalde acabó con la vacuna en su brazo. El izquierdo. Aunque el gesto de Ribó fue bien poco comunista. Claro, que él dice que ahora ya no es comunista. A la vejez, viruelas. Bueno, mejor anticuerpos. Ribó no se coló. Respetó el protocolo y le vacunaron cuando le tocaba a su cohorte. Eso está claro. ¿Lo vacunaron cuando le tocaba a él? Ahí surgen muchas dudas. El alcalde alude a una casualidad que a muchos les parece demasiado oportuna. Sanidad asegura que todo ha sido regular. Pero que menos de un día después de su sorpresa, acabe posando con la jeringa en el brazo. Y sobre todo, que reciba la citación a las 7.45 horas para acudir al centro de salud sólo una hora y cuarto después, es 'raro, raro, raro', como canturreaba 'Papuchi' Iglesias

El que no llora, no mama. El aluvión de críticas que le llovió a Ribó en redes sociales tras su queja y rauda vacuna tuvo este refrán como principal mantra. La actitud del alcalde nada tiene que ver con esos diputados y ediles de Murcia, la Marina y otros puntos de la Comunitat que aprovecharon su posición para que les inyectaran la vacuna antes de que les tocara. Y muchos siguen en sus puestos. Delenezble. Lo del alcalde de Valencia es muy diferente. Pero en esencia es lo mismo.

Emplear el púlpìto de un cargo público como altavoz con el que presionar para que te inmunicen está feo. Eso no pueden hacerlo los muchos mayores que aún esperan a que les llamen. Y escudarse Ribó en que lo hizo para llamar la atención sobre los numerosos septuagenarios valencianos sin vacunar... pues la propia Sanidad lo desmintió. Unas horas después de que Ribó subiera su foto siendo vacunado, y pidiendo «que no se deje en el limbo y sin vacunar a más personas de 73 y 74 años», desde la Conselleria daban por finalizada la tanda de la primera dosis a los valencianos de entre 70 y 74 años. O sea que la supuesta misión justiciera y popular del alcalde tenía más de cruzada personal que otra cosa.

Lucha partidista. Y no se engañen, ni dejen que les embauquen. En el fondo de todo hay una lucha partidista. Porque Ribó (Compromís) aprovecha para intentar sacar las vergüenzas de Sanidad (con Barceló, del PSPV, al frente). Y asesores y voceros del socialismo tardaron milésimas en plagar las redes con críticas a la actitud del alcalde. Como las tropas de Compromís salieron a alabar la bonhomía de su primer edil. Al final, nada es tan blanco ni tan negro como se pinta desde las trincheras partidistas.

Sobre todo en el Ayuntamiento, todo son últimamente encontronazos. Choques por el monolito del 15M, por la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento, por el PAI de Benimaclet... Al final, todo conflictos artificiosos e impostados en los que la mayoría de las veces no está el interés ciudadano como hilo conductor del debate. Que no me ha invitado, que no lo hemos negociado, tonto tú, pues tú más... Peleas infantiles. Un flaco favor a la ya de por sí denostada imagen de la política. Y un cero a la izquierda en el servicio a los valencianos.