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El Valencia es un club de fútbol

MANGAS VERDES ·

Domingo, 25 de octubre 2020, 09:42

Javi Gracia está perdido. No sabe dónde ha venido ni a qué. Le dijeron hace unos meses que un club de fútbol le pretendía. Era el Valencia. No lo dudó. Por historia, por categoría, por resonancia, por títulos. Por todo. Hace poco más de un año lograba una Copa del Rey ante el Barça de Messi. Pero un equipo necesita jugadores. Los mejores posibles. Al navarro le dijeron que se tendrían que marchar futbolistas clave para intentar cumplir con el fair play financiero, pero que llegarían otros. Ese es el objetivo de una entidad deportiva, dotar de los mejores activos al preparador para conseguir objetivos, que no sólo se quedan en deportivos, también en económicos. Porque si ganas cosas, la caja de caudales aumenta de dinero. Todo es tan lógico que suena a perogrullo. Tendría que venir dado. Pero el Valencia que ha modelado Meriton es como los niños pequeños. Dile una cosa que hará la contraria. Javi Gracia reclamaba refuerzos en las oficinas de Micer Mascó mientras a quince mil kilómetros Peter Lim, al que nadie se atreve a decirle las cosas por temor a que le envíe a la lista del paro, dio una orden muy concreta a su guardia de corps en el club (Anil Murthy y Kim Koh): no hay que gastar un euro en fichajes. Sólo ventas y siempre prefiriendo deshacerse de jugadores con contratos altos antes que ansiar traspasos justos. El mejor ejemplo fue Parejo. Regalado al Villarreal pero la entidad se liberaba de una ficha destacada. Cuando el técnico insistía en que el Valencia es un club de fútbol que necesita una plantilla al nivel del escudo que representa, Murthy le decía que sí, que había negociaciones en marcha (con la boca pequeña y con una sonrisa maliciosa). Luego llegó el silencio entre ambos y el sainete final fue cuando el último día de mercado el presidente dijo públicamente que aún podría llegar alguien, cuando las puertas del club estaban cerradas a media tarde y todos estaban viendo 'La isla de las tentaciones'. Una mentira más del diplomático, que no está capacitado ni para presidir la comunidad de propietarios de su vivienda. Y la falta de jugadores nos ha llevado a ver espectáculos como el del viernes en el Martínez Valero. Es un Valencia sin referentes, sin veteranos que puedan dar un grito, que no permitan que sus compañeros salgan caminando. Es un Valencia que tiene que tirar de jugadores demasiado jóvenes para soportar la presión de un club como el de Mestalla. Es un Valencia sin calidad suficiente para optar a los objetivos mínimos. Es un Valencia sin fondo de armario para una competición tan larga. Es un Valencia a imagen y semejanza de Meriton. Muy limitado. ¿Qué le pasa a un club de fútbol sin los futbolistas que necesita? Ustedes saben la respuesta.

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