Que ensayen mejor los libres indirectos amagados. Sólo sirvieron para hacer dudar a los rematadores, que siempre cayeron en fuera de juego
FERNANDO GÓMEZ COLOMER
Martes, 8 de diciembre 2020, 09:03
No es fácil jugar en Ipurua. Un rival práctico, conocedor de sus limitaciones, absolutamente adaptado a su estadio, a las dimensiones del terreno de juego, mucho potencial aéreo y agresivo en las disputas.
Finalmente, en el Valencia, Mangala acompañó a Paulista en lugar del lesionado Guillamón y Yunus Musah volvió a ser titular. Manu Vallejo actuó junto a Maxi Gómez en ataque. Es cierto que no ha estado acertado cara a gol, pero me extraña tanto la escasa participación de Gameiro. No alcanzo a deducir el motivo por el que juega tan poco.
Primera mitad muy poco atractiva, tan solo la incertidumbre del resultado y la necesidad de los puntos me mantuvieron frente al televisor. Y un Valencia demasiado práctico. Quizá han tomado el ejemplo del Cádiz como modelo de juego, no tengo ni idea. Así al menos pareció. Esto va de esta manera, si el equipo gana, habremos sido muy inteligentes y habremos sabido jugar el partido como se debe jugar este tipo de enfrentamientos. Si pierdes, el Valencia no puede ceder tanta posesión al rival y dar la sensación de que el equipo más fuerte es el contrario, de que vamos a remolque o jugamos en función de dinámicas y fases de partido, y que nosotros hicimos lo que pudimos, sin alcanzar lo deseado.
En fin, quedaba la segunda parte, todo por decidir, y todo por conseguir. Menos del 40 por ciento de posesión, equilibrada un poquito en los últimos diez minutos de estos primeros 45 minutos. Yo preferí ser el Eibar, antes que el Valencia en esa primera parte, pero el resultado definitivo influirá seguro en nuestro parecer, en nuestra forma de ver las cosas.
El empate a cero no nos ha permitido analizar de forma más o menos positiva lo ofrecido por los jugadores del Valencia en Eibar. A mí me pareció insuficiente como considerar injusto el resultado final. Es más, la enorme volea de Racic que pudo significar el 0-1, y la clarísima ocasión marrada por Gameiro en el 94, no me hacen olvidar las últimas oportunidades locales que pudieron decantar a su favor el envite, ni su dominio general del juego. Si pensamos que el Valencia pudo ganar en Elche o Vitoria por las ocasiones finales perdidas, el Eibar también las tuvo en ese tramo final, sin acierto alguno.
Un punto insuficiente, pero de valor claramente incrementable si el Valencia vence al Athletic Club el próximo fin de semana. Como dijo Miquel Soler en la retransmisión, el Valencia jugó de Eibar y no de Valencia. Ah, por cierto, los libres indirectos amagados que los ensayen mejor, sólo sirvieron para hacer dudar a los rematadores, que siempre cayeron en fuera de juego, precisamente por tanto amago. No sabían ni ellos mismos cuándo su compañero iba a golpear.
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