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En pleno aniversario del Valencia todos se han dedicado a manosear a un entidad moribunda. Nadie pensaba que el equipo pudiera caer un día al pozo de la Segunda División y ocurrió. Nadie piensa que la sociedad civil más importante de la Comunitat caiga en causa de disolución y puede ocurrir si nadie lo remedia. ¿Pero quién? Todos hablan de su amor, su sentiment, sus recuerdos y sus mitos adorados, pero son muy pocos los que están actuando con seriedad. La plataforma que se conformó para liderar la oposición a Meriton ha saltado por los aires. Era cuestión de tiempo que ocurriera. Ahora habrá que ver cómo reformula su acción, mientras Libertad VCF, uno de los grupos escindidos, apuesta por la vía judicial para sacar al máximo accionista de la entidad. Luego están las filtraciones interesadas de grupos o personas que han presentado supuestas ofertas a Peter Lim por sus acciones. El Valencia se juega mucho para jugar a las adivinanzas. Si Manolo Llorente ha hecho llegar al magnate de Singapur una propuesta, que la haga pública, con todo lujo de detalles. El aficionado merece saber qué movimientos rodean al club que aman. Si Javier Guerola, un empresario textil de la Vall d'Albaida, lidera a un grupo que pretende negociar la compra accionarial de Peter Lim a través de un fondo, que dé la cara e informe al verdadero dueño del club, que es su gente. Ofrezco este dinero, estoy rodeado de estas personas y este es mi plan de negocio. Por cierto, en 2017 ya se asoció a este industrial en un supuesto interés por adquirir el Valencia. Porque el club se descose, porque la caducidad de la ATE está a la vuelta de la esquina y porque el príncipe de Johor, al que algunos ya veneraban por su publicitado sentido futbolístico, está jugando con la imagen de la entidad. Utiliza sus redes sociales para difundir todas las posibilidades que ofrece el histórico Valencia, se reúne incluso con Javier Tebas, pero ahora ya deja entrever que su amor por el equipo blanquinegro se ha esfumado. Que su interés por el Valencia existe pero que hay algunas diferencias con Peter Lim. Y, mientras, airea que también le encantaría entrar en el Manchester United o el Milan. Un enjuague de mercadotecnia que sólo ha conseguido marear al valencianismo, que atisba una debilidad social, deportiva y económica que asusta. Si alguien quiere y puede, que sea valiente. Es su momento. El Valencia, su historia, su corazón, su alma, sus seguidores, se lo agradecerán. Paren ya de mercadear con el club. Meriton no puede estar ni un minuto más en la propiedad, pero ya no valen las intenciones, quien quiera darle futuro a la entidad que hable alto y claro. Valentía. Por el Valencia.

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