Nada ocurre por casualidad ¿se dan cuenta de que cuando gobierna la izquierda, las calles respiran una paz inusitada? Sin manifestaciones, sin colectivos, sin sindicatos. ¡Eso!, ¿dónde están los sindicatos? Pues a buen recaudo de los temores del gobierno y relajados como cuando le dejas a tu perro el cuenco lleno de bolas de pienso y de agua.
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Hay periodos en los que se restringe temporalmente la caza o la pesca de ciertos animales con el objetivo de completar su ciclo de reproducción: es la veda de caza o de pesca. Lo mismo ocurre con la política en nuestro país, pero esta vez llevado a lo más extremo por culpa de la pandemia. Estamos en veda política, es decir, ese tiempo en el que pase lo que pase y sin más remedio, dejamos hacer y deshacer a quienes nos gobiernan. Metafóricamente la especie animal a proteger sería el político que, a lo largo de su tiempo de mandato disfruta de una veda excepcional y con la que se gana la inmunidad total. Cuidado que este tipo de veda política solo es válida si gobierna la izquierda: la catastrófica gestión de la pandemia, las dudosas compras de material sanitario, el bochorno bilateral catalán, el nivel del paro, la destrucción de empresas, el bochorno de la factura de la electricidad, la subida de impuestos y de la vida en general. Pero al final hay paz social.
Sin embargo, no hace mucho tiempo, con anteriores gobiernos de derecha vivíamos en calles atestadas de manifestaciones día sí, día también. A los sindicatos no les llenaban con suficientes bolas de pienso el cuenco y cuando había hambre mordían. La izquierda sabe colocarse en los sitios que más incomodan a un gobierno de derecha y demuestran que también saben 'inmovilizarse' cuando gobiernan y las cosas salen mal.
Comparto de principio a fin la columna que mi colega de opinión Nuria Romeral, escribía ayer en LAS PROVINCIAS bajo el título de 'La España pasmada', cuando afirmaba que somos muchos los que ya vivimos ajenos al ruido orquestado, porque olemos a distancia los circos que nos montan. Por un motivo basado en la supervivencia, creo que hemos entrado también en una veda política donde no se molesta a la izquierda, pero de una manera diferente: muchos callamos, aunque no otorgamos.
Hay gente que silenciamos pese a que nos metan la mano en el cuenco y nos jodan el pan de cada día, conscientes de que la veda tiene fecha de caducidad. Y cuando llegue el fin de la veda política de este gobierno, habrá que ver si ganan ellos con sus redes para pescarnos o son ellos los que acaban 'abatidos' por los votos.
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