Verba volant, scripta manent
LA GUERRA POR MI CUENTA ·
CARLOS FLORES JUBERÍAS
Miércoles, 28 de octubre 2020, 07:32
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LA GUERRA POR MI CUENTA ·
CARLOS FLORES JUBERÍAS
Miércoles, 28 de octubre 2020, 07:32
Las palabras vuelan, lo escrito queda», dice el adagio latino. Y supongo que es por eso que cuando está a punto de cumplirse una semana del flamígero discurso de Pablo Casado en el Congreso -en el que el líder del Partido Popular espetó al de Vox, entre otras lindezas, aquello de «hasta aquí hemos llegado»-, los pactos suscritos entre ambos partidos para gobernar en lugares como la Junta de Andalucía, la Comunidad de Madrid o la Región de Murcia siguen bien, gracias.
«Mucho te quiero perrito, pero pan poquito», reza el refranero español. De modo que haría bien Pablo Casado en no inferir de las palmadas en la espalda que el pasado jueves le llovieron desde el lado izquierdo del hemiciclo -de «brillante» calificó Iglesias su discurso- otra cosa que halagos destinados a nublar su juicio. Y, sobre todo, en no esperar que el día que gane unas elecciones pero descubra que aun le faltan un puñadito de escaños para conseguir la investidura, vayan a ser sus nuevos admiradores de Podemos o del PSOE quienes se los presten.
«It's better to be king of your silence than slave of your words», dijo Shakespeare por boca de Otelo. Y si el líder popular le hubiera hecho caso y hubiera seguido cultivando respecto de Vox esa calculada ambivalencia de los últimos años, sus manos seguirían a estas horas libres para -por ejemplo- sumar a sus propios escaños los de la formación verde para contrarrestar así la ventaja de la izquierda en la renovación de los altos órganos constitucionales, en lugar de habérselas atado para esta y otras negociaciones futuras por culpa de su decisión de volar los puentes con Abascal.
«Dues vegades bo... bobo», decimos por acá. Quizás porque aunque predicar la moderación y reivindicar la concordia sea éticamente más loable que sembrar la discordia y fomentar el radicalismo, hacerlo frente a un adversario que no solo se conduce precisamente de ese modo, sino que va a despreciar tu mano tendida y a aprovechar tu momentánea flaqueza, constituye una actitud tan bondadosa que te podría hacer merecedor de la vida eterna en el mas allá, pero tan estéril que nunca te llevará al poder en el más acá.
En fin: diríase que el universo mundo andaba conspirando en todos los idiomas conocidos para hacerle ver a Casado que soliviantar a quienes antaño votaron a su partido pero habían dejado de hacerlo, para complacer a quienes nunca lo hicieron y jamás lo harán, constituía un grave error de juicio y una pésima estrategia electoral. Pero Casado prefirió ignorar a los clásicos y desoír la sabiduría popular. Y atender, en su lugar, a los titulares periodísticos del día siguiente.
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