En la iconografía religiosa del histórico Reino de Valencia abundan vírgenes, santos y personajes venerables que son considerados protectores de enfermedades, pestes, calamidades, pandemias, etc. ... Entre todas las imágenes, escultóricas o pictóricas, la más venerada y que recibe una especial devoción y admiración es la 'Mare de Déu', bajo las más diversas advocaciones.
La 'Verge dels Desamparats' cuenta con una rica iconografía representada en las distintas manifestaciones artísticas y artesanales; y no solamente en iglesias, ermitorios y capillas, sino también plasmada en medallas, grabados, estampas, tocados, aderezos, protocolos notariales que reflejan la proyección del sentimiento religioso que le profesamos muchos valencianos.
Las peculiaridades de la sociedad valenciana del siglo XV en la que coexistieron el esplendor y la pujanza de una Valencia cosmopolita con la presencia de la pobreza, indigencia, epidemias, abandono de los desheredados y enfermos hizo que se desarrollara un espíritu de protección, y bajo la advocación de 'Nostra Dona Maria dels Ignoscent e Folls', según la documentación, se popularizará el nombre de 'Mare de Déu dels Desamparats'. Su culto está vinculado a la fundación de una cofradía para la asistencia de menesterosos, enfermos y locos, desvalidos y expósitos. La tradición recoge que la acción del padre Gilabert Jofre, comendador de la orden de la Merced, fue decisiva. En 1493, siendo Papa el valenciano Rodrigo de Borja, con el nombre de Alejandro VI, y por privilegio del rey Fernando el Católico fue intitulada 'Nostra Senyora dels Desamparats'.
La sociedad valenciana del Cuatrocientos supo compaginar la observancia de la religiosidad con el espíritu alegre y festivo, y la vida ostentosa con la caridad y la compasión. En dicha centuria las desigualdades sociales estaban muy marcadas y además se produjeron, periódicamente, pestes y epidemias que originaron una abundante indigencia y mendicidad y un elevado número de desheredados y enfermos abandonados.
Para hacer frente a estos problemas y situaciones, a lo largo de dicho siglo, se concedieron privilegios y bulas para proteger a los más pobres. Así, tenemos constancia de un privilegio de 1409, otorgado por el rey Martí el Humano, que aprobaba la obra ya iniciada de un Hospital a petición de los 'jurats de la ciutat de Valencia'. Otro privilegio de 1410, del mismo monarca, autorizaba la fundación y constitución del Hospital dels Ignoscents, Folls e Orats, considerado el primer hospital psiquiátrico de Europa. El Papa Benedicto XIII o Papa Luna, también en 1410, concedía licencia para construir una capilla en el Hospital dedicada a los Santos Inocentes. La reina Maria que gobernaba el reino de Valencia, ya que el rey Alfonso el Magnánimo estaba ocupado en les campañas del reino de Nápoles, confirmó los derechos de la cofradía de recoger a los ajusticiados y enterrarlos. El rey Juan II confirmó, en 1459, los privilegios concedidos por los reyes a la cofradía de los Inocentes. Finalmente, Fernando el Católico ratificó en 1493 los diversos privilegios donados y otorgó el título de la 'Sagrada Verge Maria dels Innocents e dels Desamparats' a la cofradía, concediéndole ciertas exenciones para la adquisición de algunas casas, huertos y solares para el Hospital.
Desde los inicios, esta advocación tuvo una finalidad caritativa, cristianamente solidaria con los más necesitados y afligidos de nuestra sociedad. Así se refleja en el himno oficial de la Coronación Pontificia que contiene alabanzas y loores a la Virgen María que se venera bajo el título de los Desamparados: «La patria valenciana s'ampara baix ton mant ¡Oh Verge Subirana¡», cántico compuesto por Luis Romeu, organista catedralicio y letra en Lengua Valenciana del sacerdote valenciano José María Juan García, mestre en gay saber per Lo Rat Penat.
En honor a la Virgen se han compuestos gozos, oraciones, versos, coplas, salves, piezas musicales, etc., que testimonian la profunda devoción que se tiene a la Nostra Senyora dels Desamparats.
Actualmente, con la pandemia de Covid-19, con frecuencia, los valencianos acudimos a la protección y patronato de la Virgen, bajo esta advocación cuando deseamos solicitar y alcanzar alguna gracia. La sensibilidad religiosa humaniza a la sociedad e induce a la creciente piedad y devoción mariana.
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