Se acercan días de fiesta. Esa convención social unida en su orígen a los rituales de celebración y completada, con los años, con las vacaciones. Pero no podemos viajar, ese gran invento de la sociedad moderna, porque en otros momentos lo hicimos y la liamos por encima de nuestras posibilidades. Siempre nos quedan las fotografías. Podemos ver lo que fuimos. Y lo que nunca volveremos a ser.
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