Hemos asumido que en general, salvo en honrosas excepciones, la casta política no tiene mucho que ofrecer en la solución de los problemas de la sociedad. Acaban las vacaciones para la mayoría y empieza un nuevo curso. Si. Incluida la carrera electoral de cara a ... los próximos comicios del mes de mayo.
Publicidad
El pistoletazo oficial de salida para hacerse visible y ganar votos es tan evidente como los nueve largos meses que nos quedan para las elecciones. Un parto en toda regla. En algunas localidades hay partidos que tienen claros a sus candidatos y en otros aún no saben si será niño o niña. La experiencia nos dice que lo que hay y lo que pueda llegar para optar a un puesto en la administración pública, no genera mucha ilusión entre la ciudadanía salvo en casos contados. De hecho, hay estudios y encuestas con los que trabajamos los medios de comunicación que nos alertan del poco interés que despiertan los contenidos políticos.
Lejos quedan aquellos nombres de perfiles políticos como Fernández Ordóñez, Marcelino Oreja, Adolfo Suárez, Calvo-Sotelo, Felipe González y tantos otros. Ni mejores, ni peores, pero a ninguno de ellos los imaginamos comulgando con la degeneración política actual. La educación, el decoro, las formas o el respeto no estaban reñidas con la competencia entre partidos. Valga el ejemplo de que como periodista sería apasionante mantener una entrevista con cualquiera de aquellas figuras. Con los de hoy difícilmente se pueden ver, leer o escuchar cierto nivel en una serie de preguntas a fondo con un periodista que no sea de los de 'entrevista-masaje'.
Hace poco me avergonzaba escuchar que «le deben estar temblando las piernas» al representante de un partido contrario en la previa de un debate cara a cara. Sería asumible en la previa de un combate de boxeo entre Tyson contra Holyfield, aquel que en el tercer asalto Tyson le arrancó parte de una oreja a su oponente.
Publicidad
La política debiera ser otra cosa por el bien de todos y por respeto a los ciudadanos que les pagamos las nóminas de fin de mes. Hoy abundan los políticos trileros que van de farol, los que inundan sus cuentas de Instagram con problemas sociales, con propuestas y promesas, pero siempre ellos como protagonistas (elecciones en mayo, vótame). Es imposible gestionar de manera efectiva y al mismo tiempo grabar para la cámara con el objetivo de ofrecer un contenido de postureo diariamente.
La forma de gobernar de hoy es la de vendernos todo lo queremos escuchar, aunque por detrás acaban haciendo lo que les sale del arco del triunfo.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.