En medio del desastre y la desolación asoma siempre, aunque a veces tenue, la esperanza. La encarna la cara triste de una niña de pocos ... palmos que, con sabiduría impropia de su edad, se vuelca sobre su hermano para protegerlo. Escondidas entre las ruinas del terremoto son rescatadas, finalmente, con vida. La entereza y generosidad de la niña, a la que captan las cámaras con una mirada grande y triste, hace que logren sobrevivir los dos. Ojalá que, en medio de tanta destrucción, pueda crecer como la mujer valerosa que es. 25.000 muertos. Un desastre colosal que, como casi todo, no tiene una causa única; porque el movimiento de placas por sí solo no explica el alcance de la devastación provocada por este nuevo terremoto en Turquía y Siria.
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Hace tres décadas, allá por 1992, un equipo de periodistas del diario 'The Miami Herald' se llevó a casa el premio Pulitzer. La razón: la extraordinaria cobertura del paso del huracán Andrew en la costa sur de los Estados Unidos. La redacción, heroica como tantas lo han sido al acecho de la Covid aquí, o de la radiación nuclear allá -en Fukushima salió un periódico manuscrito en papel-, se dejó la piel para contar decenas de historias al paso del huracán. Además de ayudar a los supervivientes con información y recursos, el diario logró demostrar, con precisión científica, que las consecuencias hubieran sido muy distintas en las zonas más devastadas si se hubieran realizado inspecciones y controlado la construcción. Florida, 1992. Turquía, 2023. Bejís 2022. ¿Cuándo tomaremos conciencia de la importancia de desarrollar planes y actuaciones de prevención?
Las horas pasan y los equipos de rescate redoblan esfuerzos. Están destrozados. Los supervivientes salen, como los pequeños hermanos, gota a gota, uno a uno. Taladro en mano se afanan ahora para liberar la pierna de un superviviente. Lo imagino aterrado. Lo consiguen. ¿Es el día 3? Otro equipo logra mantener con vida, hidratada, a una pareja que lleva 100 horas de encierro; saludan a la multitud que lo celebra, unida, cuando, por fin, vuelven a la luz. Los nuestros se desplazan con paso firme entre los escombros. Se les distingue bien porque en la espalda se puede leer, con claridad, el nombre de su unidad: UME. Son los militares de la Unidad Militar de Emergencias. 2005-2023. Sinónimo de inundaciones, rescates, tormentas y, muy especialmente, incendios. Sinónimo de esperanza. En su ideario: ser de utilidad a los demás hasta la entrega de sus propias vidas. Han logrado rescatar, de entre los escombros, a una familia; apenas duermen. La noche es cerrada y brilla la humanidad.
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