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Volver a nuestro campo

DE TORINO A MESTALLA ·

Miércoles, 25 de noviembre 2020, 07:50

Cuando casi todo el mundo está pensando cómo podrán celebrar las navidades, a mí me preocupa más cuándo podremos volver a Mestalla. Nunca he sido muy navideña y este año mucho menos. Lo único que me apetece celebrar es que se acabe ya este 2020. Durante esta pandemia estamos acostumbrándonos a vivir con medidas necesarias para acabar cuanto antes con el bicho. Es difícil no abrazarse, ni besarse. Es duro mantener las distancias y tener que chocar el codo para decirle a alguien que te alegras de verle. Incluso, a veces, me preocupa haberme acostumbrado a esa frialdad que acato por obligación y responsabilidad. Y además de estas medidas, sin duda las más difíciles de asumir, se tomaron otras que también nos han cambiado nuestra rutina, por ejemplo, el cierre de los campos de fútbol. Medida necesaria entonces y que tras casi 10 meses sigue en vigor. Todo ese tiempo sin pisar Mestalla se está haciendo muy largo. Mientras tanto, estamos viendo como en otros países se están dando los primeros pasos para reabrir los estadios poco a poco para que vuelvan los aficionados e intentar que el fútbol también vuelva a ser fútbol. La liga holandesa ha optado por incorporar a menos de un tercio del aforo desde septiembre. Eso sí, se prohibe animar. En Francia ya hemos visto partidos amistosos con público, hasta 5.000 aficionados en las gradas. Austria, Bélgica, Italia o Rusia son algunos de los países que han dado el paso. Soy de las que piensa que el fútbol sin público no tiene sentido y con poco público tampoco, pero entre nada y poco me quedo con lo segundo. Pongamos el ejemplo de Mestalla con capacidad para 45.000 espectadores. Sólo con dejar entrar a 2.000 aficionados repartidos por todo el estadio sería suficiente para caldear el ambiente. Los jugadores sentirían el calor de la grada y los aficionados volveríamos por un momento a ser felices. Hay muchas formas de articular la vuelta al fútbol y no es tan difícil hacerlo cuando hablamos de aforos tan reducidos. Se podría ir con cita previa como al médico y dejar dos o tres filas vacías entre aficionados. Lo de la distancia y la mascarilla está asegurado. Ponen el gel en las puertas y, por si se acaba, cada uno llevaríamos un frasquito en el bolsillo. Se están practicando deportes al aire libre con aforos limitados y el fútbol sigue cerrado a cal y canto. Si los jugadores juegan y tienen contacto, ¿por qué no podemos ir los aficionados? Espero que la Liga, el Consejo Superior de Deportes y las autoridades estudien esta posibilidad que, aplicando las medidas necesarias y siempre que la situación sanitaria lo permita, haría que esa anhelada 'normalidad de antes' se viese un poco más cerca, porque el fútbol también forma parte de nuestras vidas.

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