A vueltas con el corredor

Las casualidades no existen -o tal vez sí- y el calendario ha querido que, más o menos por estas fechas, se cumplan cuatro años desde que la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) presentara un proyecto destinado a difundir entre la sociedad civil la importancia de una infraestructura como el corredor mediterráneo. Arrancaba así, en noviembre de 2016, la campaña #QuieroCorredor, justo en un momento en que el eje ferroviario europeo ya estaba lastrado por algunos incumplimientos, como el de su fecha de llegada, pues estaba previsto para finales de 2015 en Castellón y Valencia; o su transformación en el «transitorio» tercer carril (Ana Pastor dixit) por aquello de ir más rápido y abaratar costes.

Entonces AVE puso la mesa tres reivindicaciones: poner fecha a la alta velocidad entre Barcelona y Alicante, la existencia del ancho internacional desde Almería hasta la frontera francesa en 2018 y la fijación de un calendario para el inicio de las obras del corredor como tal, es decir, la doble plataforma diferenciada para pasajeros y mercancías. Peticiones -o hechos, como decía Vicente Boluda- que hoy siguen igual de vigentes pues ninguna se ha cumplido.

Porque cuatro años después, y a punto de cumplirse una década desde que la Unión Europea declarara prioritarios los ejes mediterráneo y atlántico, y por tanto pasaran a formar parte de las redes de transporte que recibirían cofinanciación europea, seguimos a vueltas con el corredor.

Aunque hay obras en marcha, aún no se ha completado y, por ejemplo, el reclamado AVE regional continúa sin ser una realidad. Poco hay del corredor más allá de los 74 kilómetros de tercer hilo en una vía del trazado entre Valencia y Castellón, que permitieron la llegada de la alta velocidad a la capital de la Plana, o de la variante de Vandellós, que trajo a comienzos de este año el recorte en media hora del tiempo de viaje para los trenes de pasajeros entre Valencia y Barcelona. Ambas actuaciones salpicadas de retrasos y paralizaciones en su evolución. Por cierto, un apunte: hasta ocho fechas de entrada en servicio llegó a tener la variante de Vandellós, iniciada en el año 2000.

Y es que el corredor aún mantiene incógnitas, por mucho que algunas figuren en epígrafes de los Presupuestos Generales del Estado para 2021. Es el caso del by-pass ferroviario entre Almussafes y Fuente de San Luis, vital para el tráfico de mercancías y que se licitó en 2013, o del tramo Castellón-Tarragona. Ambos están paralizados por rescisión de contratos y un recurso administrativo

Sin noticias tampoco del túnel pasante y de la doble plataforma entre Valencia y Castellón (la que reclaman los empresarios), cuyos estudios informativos caducaron y volvieron a licitarse hace tres años. Se esperaban para finales de 2019 pero el ministro José Luis Ábalos ya avanzó hace una semana que aún tardarán en estar disponibles, al tiempo que reiteraba el compromiso del Gobierno con el corredor.

Casualidad o no, Ábalos regresará hoy a Valencia para participar en el acto reivindicativo del corredor que organizan los empresarios y en el que se volverá a elevar la voz para pedir realidades de una infraestructura que, además en el contexto actual de crisis, se antoja clave para la economía. Será el cuarto año consecutivo de gran cumbre empresarial aunque en esta ocasión el Covid ha impuesto restricciones de aforo y que el acto se quede en Valencia tras las citas de Madrid, Barcelona y Elche. Un 2020 tan revuelto bien podría traer la sorpresa del empujón definitivo al corredor. O no.