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DANIEL GUINDO
Miércoles, 16 de febrero 2022
La convocatoria del examen para el concurso-oposición de las plazas de facultativo especialista de Anestesiología y Reanimación, previsto para el próximo 30 de abril ... , amenaza con provocar un nuevo retraso en la reactivación de buena parte de las cerca de 60.000 operaciones quirúrgicas pendientes en la actualidad en la Comunitat.
Los profesionales que aspiran a una de las 122 plazas ofertadas (alrededor de 500 facultativos) apenas tienen dos meses y medio para prepararse la prueba, por lo que el sector teme que aumente la cifra de especialistas de la red pública que soliciten una excedencia o declinen participar en los planes de autoconcierto (previstos, precisamente, para reducir las listas de espera de las operaciones), lo que lastraría aún más una actividad quirúrgica que ya sufre la falta estructural de alrededor de un centenar de anestesistas, profesionales imprescindibles para realizar estas intervenciones.
Ante esta situación, la Sociedad Valenciana de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor, a través de su presidente, Vicente Domingo, ha remitido un escrito a la directora general de Recursos Humanos de la Conselleria de Sanidad en la que muestra su «sorpresa y preocupación por la premura en la convocatoria» del examen «dada la actual situación sanitaria de la pandemia». La entidad recuerda que los profesionales de la anestesiología «han participado de manera muy intensa en la atención de los pacientes críticos por la pandemia de Covid y han tratado de que se mantenga la actividad quirúrgica imprescindible, demostrando en todo momento su profesionalidad e implicación, como así se ha reconocido por la conselleria», de ahí que en la entidad no compartan contar con tan poco tiempo para la preparación de la prueba.
Además, la citada sociedad traslada su temor por que «la cercanía del examen limite la disponibilidad de personal para aquellos programas voluntarios, como los autoconciertos, en una situación con una lista de espera en máximos». Es decir, se trata de planes voluntarios en los que se abonan remuneraciones adicionales a los profesionales que quieren ampliar su jornada laboral. Y si se reduce la cifra de anestesiólogos dispuestos a participar en estos programas, necesariamente se reducirá la cantidad de operaciones que se pueden realizar al ser una figura imprescindible para acometer estas intervenciones.
«En el momento actual, en el que se está tratando de recuperar la actividad quirúrgica previa a la pandemia, y dado el cansancio acumulado por los profesionales, no parece adecuado que a los anestesiólogos se les tenga que someter a más presión, por lo que desde esta sociedad solicitamos a la dirección general de Recursos Humanos que reconsidere su decisión y retrase en lo posible la convocatoria del examen», concluye la misiva.
La situación de los anestesiólogos es especialmente delicada, sobre todo en los hospitales de las comarcas del interior de la Comunitat, que sufren en mayor medida el déficit de estos profesionales. En la actualidad, según fuentes de la sociedad, la red pública valenciana cuenta con unos 900 facultativos de esta especialidad (402 con plaza, 303 interinos, 70 con contratos de guardias o en acúmulos de tareas y 130 residentes), aunque desde la entidad calculan que, para hacer frente a la demanda actual en unas condiciones adecuadas, sería necesario crear un centenar de plazas más para toda la Comunitat.
Los hospitales públicos de la Comunitat, de hecho, presentan uno de los ratios de profesionales de Anestesiología más bajos de toda España, con 12,7 especialistas por cada 100.000 habitantes. El índice valenciano está por debajo de la media nacional (14,3) y sólo presentan peores resultados que la región autonomías como Andalucía, La Rioja, Baleares y Canarias, según los informes que maneja el sindicato CSIF. Este déficit de anestesistas se ceba especialmente con hospitales comarcales como los de Alcoy, Gandia, Xàtiva, Requena o Vinaròs, entre otros, y llega a provocar que se tengan que suspender operaciones, lo que deriva en un incremento de la demora quirúrgica.
Sin embargo, en noviembre del pasado año la Conselleria de Sanidad decidió retrasar la realización de las pruebas dado que se estaba a la espera de que cristalizara la conocida como Ley Iceta que planteaba la posibilidad de que los interinos que llevaran trabajando más de cinco años pudieran obtener la plaza en propiedad sin necesidad de opositar.
Tras este frenazo, Sanidad informó a las fuerzas sindicales el pasado lunes de la convocatoria de los exámenes y las fechas, por lo que los anestesiólogos serán uno de los primeros grupos en enfrentarse a la prueba «pese a que nos dijeron que seríamos de los últimos porque somos los más numerosos». El objetivo es terminar el año 2022 con una temporalidad por debajo del 8%, de ahí que se haya acelerado la convocatoria de los exámenes.
Otras fuentes sanitarias señalan que precisamente ahora es cuando está aumentando la asistencia a pacientes no Covid, principalmente a enfermos descompensados, de ahí la necesidad de contar con la mayor parte de la plantilla. Sin embargo, esta situación puede hacer que parte de los aspirantes opten, por ejemplo, por solicitar reducciones de jornada (puede ser del 50% si se argumenta cuidado de hijos menores de 12 años) o que directamente eviten participar en los planes de autoconcierto.
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