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Pancarta de cabecera, que se rescató del Ceip Orba tras la riada. JL Bort

El Orba quiere volver a sentirse colegio

La comunidad educativa de Alfafar, con tres centros aún pendientes de soluciones y reparaciones, toma las calles para reclamar agilidad

Joaquín Batista

Valencia

Martes, 27 de mayo 2025, 20:39

Varios centenares de personas, sobre todo familias y alumnos del barrio Orba de Alfafar, han salido a la calle este martes para pedir mayor agilidad a la Conselleria de Educación en las reparaciones y soluciones pendientes para los cuatro centros del municipio. Tres de ellos todavía se encuentran en fase de reparación o de montaje de barracones -el Ceip Orba, la escuela infantil Rabisancho y el IES 25 d'Abril-; y el cuarto, La Fila, tiene parte de su espacio ocupado por el alumnado y el profesorado del primero, con lo que supone en términos de organización, funcionamiento y convivencia.

La marcha de protesta ha recorrido las tres escuelas afectadas y ha acabado en el Ayuntamiento de la localidad, con varios alumnos del Orba, que ha capitaneado la iniciativa, leyendo una carta abierta en la que se pide disponer lo antes posible de sus barracones provisionales, que se están levantando en la zona de los Alfalares, para tener la garantía de que el próximo curso podrá iniciarse con normalidad. Al menos, con relativa normalidad.

El colegio es uno de los más afectados por el desbordamiento del barranco del Poyo, y la previsión de la conselleria es demolerlo, iniciándose los trabajos el próximo verano y con la previsión de que a lo largo de 2026 se puedan ver ya las obras.

«En marzo tendríamos que haber estado en los nuevos barracones y se ha incumplido el plazo, como sucedió con los siguientes que nos dieron. Ahora nos han dicho septiembre. Ya no pedimos estar en nuestro colegio de siempre, pues sabemos que hay que hacerlo de nuevo, pero tampoco queremos pasarnos siete u ocho años en barracones.Nos han dicho tres o cuatro, pues que sean tres o cuatro, ni uno más», ha explicado Miriam Martínez, la presidenta de la Ampa.

También ha querido agradecer la acogida que durante este tiempo les ha dado la comunidad educativa de La Fila y, a la vez, ha mostrado su deseo de poder volver a sentirse un colegio independiente. Como antes. Aunque sea desde la provisionalidad. «Los niños están muy a gusto y es de agradecer. El problema es que se hace todo complicado. Son dos colegios, dos direcciones, dos claustros, funcionando por turnos… Debía ser una solución de unos pocos meses y ya llevamos así siete», ha lamentado. Más allá de lo pedagógico y organizativo, otras derivadas del traslado han sido que la Ampa no haya podido disponer de su espacio para desarrollar sus labores o que tengan que buscar espacios alternativos para actos de fin de curso. Incluso en plazas del barrio.

En la protesta también han estado presentes familias de la escuela infantil Rabisancho, cuyos alumnos, muchos de ellos, pasarán al Orba y desde la riada están desplazados al Ceip Sant Ignasi de Loiola, en Picassent. Como la hija de Maite, que marchaba junto a una pancarta que decía: «Volveremos en septiembre».

«Ella sabe que no volverá a su cole, pues es su último curso. Sé que se tendrá que pasar varios años en barracones, pero yo quiero que vaya al Orba, al colegio del barrio, con ese equipo docente y directivo», explica. Sí lamenta que la única solución que diera la conselleria, para pocos alumnos en realidad (unos cuarenta), fuera un traslado a una localidad alejada, en lugar de a algún centro de municipios limítrofes o incluso a un espacio de Alfafar, como se llegó a plantear. «Pero para la administración ninguno era adecuado para niños tan pequeños», señala.

En cuanto a los plazos, la conselleria explica que las obras de reconstrucción terminarán en el mes de junio, aunque las familias replican que se refiere a las reparaciones post-dana, pues quedará por acometer la sustitución de la cubierta de fibrocemento, una obra prevista con anterioridad aunque se aprovechará este periodo de tiempo para su sustitución.

Respecto al IES 25 d'Abril, fuentes de la Ampa han señalado que los alumnos todavía no pueden disponer de los espacios de las plantas bajas, como laboratorios, talleres de Tecnología o de Informática, aunque la esperanza del centro es que ya se puedan ocupar antes de que termine el curso. Menos halagüeños son los plazos para el espacio de ciclos formativos, lo que está generando incertidumbre entre las familias que quieren matricular a sus hijos en estudios de FP, en el sentido de si podrán organizarse los módulos con normalidad o tendrán que adaptarse, por ejemplo, con un primer semestre eminentemente teórico y postergando la parte práctica para el segundo, a la espera de que finalicen las reparaciones y se disponga de la maquinaria que se perdió con la dana. Fuentes de Educación, por su parte, explican que las reparaciones también finalizarán en junio.

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