¿Por qué una valla publicitaria de Campanar muestra una imagen de un hombre africano entre construcciones de adobe, sin más texto o alusión? Algunos recuerdan que en ese lugar, pandemia de por medio, habitó quien decía llamarse Osama 'The King', un inmigrante nigeriano que, ... como publicó este diario, levantó un pequeño poblado con barro y otros restos. Era su casa. Su reino.
Publicidad
Solitario, laborioso e incansable, allí vivía y confeccionaba crípticas creaciones, textos e inscripciones. Hasta que en julio de 2019, el Ayuntamiento echó abajo su poblado y lo desalojó con el argumento de buscarle un apoyo social y por la necesidad de unas obras en la zona. Las máquinas lo allanaron todo hasta que Osama reapareció en el lugar en una gran fotografía anónima que el tiempo no quiebra.
¿Quién está detrás? Tras varias averiguaciones por el universo visual de internet, logramos dar con la autora a partir de la imagen sin firma de la valla. Y la responsable de este 'anuncio' homenaje es la fotógrafa valenciana y artista visual Ana R. Leiva. «¿Pero cómo has logrado saber que era yo?», interpela curiosa antes de brindarse a contar la historia tras el gran cartel.
Ella visitó a Osama, conversó con él y captó con su cámara sus días junto a la huerta. Y sintió que debía preservar su memoria en el mismo lugar. «Desde que su reino fue derribado y él, desalojado para ser internado en una institución psiquiátrica pasó a ser irreconocible, a sentirse perdido y falto de aquello que le otorgaba sentido, dignidad e identidad». Se refiere Leiva a sus construcciones junto a la huerta. Su extinta obra a mano. El reino de adobe.
Publicidad
Cuando todo desapareció, la fotógrafa mantuvo contacto con el nigeriano. Y vio la oportunidad de alargar su recuerdo en una valla publicitaria justo en ese lugar. Sería una ventana, una puerta a lo que fue. Una manera «de devolver el Reino de Osama».
Y se dejó el dinero en ello, sin contar cuánto. «La empresa publicitaria empatizó con la iniciativa y me hicieron muy buena oferta, como un dos por uno para un periodo de dos meses», recuerda. «Nunca había hecho algo semejante, pero la historia me lo pedía», agrega.
Publicidad
Quiso Leiva que fuera una gran imagen anónima para dar el máximo protagonismo a Osama, a la par que «generar preguntas y reflexiones entre viandantes y vecinos». Y lo logró por más tiempo del que imaginaba. «Mi contrato publicitario comenzaba a finales de febrero de 2020 y supuestamente acabaría a finales de abril» del mismo año, detalla.
Para su desgracia sobrevino la pandemia y el cartel pasó ese tiempo absolutamente desapercibido. Todos estábamos en casa por el confinamiento. «Sin embargo allí se quedó. No sé por qué se mantiene hasta hoy, pero la verdad es que me hace muy feliz», remarca la artista valenciana.
Publicidad
Osama sabe ya que se le recuerda en una gran valla en Campanar. «Aún no la ha visto en persona, pero eso ocurrirá en breve», confía. El perseverante constructor africano también ha moldeado la vida de la fotógrafa. Así lo explica Leiva: «Yo vivo del diseño gráfico y editorial, y la ilustración. Además, tengo proyectos personales con la fotografía como lenguaje principal».
Pero a raíz de la historia y el proyecto de Osama, ha desarrollado una propuesta educativa para escuelas. «Trato de llevar a reflexión y debate temas relacionados, como identidad, inmigración o salud mental a través de charlas, debates y talleres de expresión plástica», explica.
Publicidad
¿Y qué ha sido de aquel hombre recordado en la valla? «Él está ahora en un piso tutelado», detalla la fotógrafa. «Está bien, 'normalizando' su vida». O, al menos, «siendo encauzado para cumplir con los estándares que se consideran 'normales'». Leiva charló a principios de este mes de abril con Osama y «sonaba contento porque ya tiene sus papeles y quiere buscar trabajo».
Desgraciadamente, comprende la diseñadora, «sus planes de futuro no están en sus manos, pues se halla bajo tutela. Tratar con la Administración y, sobretodo, intentar desviarla de lo puramente protocolario es más que complicado». Leiva, tras la amistad surgida entre ambos, se está implicando al máximo. «En todo el proceso de tramitación de su documentación y otras cosas que he intentado por su bienestar me he topado con muchas trabas y ciertos abusos», lamenta.
Noticia Patrocinada
Osama «va contándome lo que querría hacer y eso va variando: en un principio pretendía volver a reconstruir su reino, más tarde pensó en volver a Nigeria y, últimamente, quiere encontrar un trabajo y vivir por sí mismo«.
Para él no fue fácil asumir que aquel poblado que levantó con ahínco durante largas jornadas de trabajo se había esfumado de la noche a la mañana. «La noticia se la di yo en el hospital psiquiátrico, cuando conseguí localizarlo. Y fue muy, pero que muy, desagradable». Osama, recuerda Leiva, «entró en shock y por primera y única vez vi en su reacción mucha ira».
Publicidad
Según añade, «parece que fue engañado para poder desalojarlo pacíficamente y no sabía nada del desenlace de su reino ni de lo que le esperaba a él». Otras fuentes «también me dicen que estaba avisado por ocasiones anteriores, pero lo cierto es que esa vez, la definitiva, él no lo esperaba».
Las construcciones de adobe «representaban tantas cosas para él que cuesta entenderlo». No olvida Leiva «la primera vez que vio mis fotos expuestas, varios meses después de ser internado, cómo se emocionó, y me decía orgulloso que se sentía muy feliz porque había hecho todo aquello con sus manos y lo había aprendido de su padre».
Publicidad
Se gestó así una amistad que pervive al instante fotográfico. «Imagino que fue por la impotencia y la frustración que le generó a él, sobretodo, y también a mí». Además, Osama, en Valencia «no tiene a nadie». En otra ciudad «tiene a un hermano, con quien tengo contacto telefónico, pero sin recursos para hacerse cargo o apoyarle de algún modo».
En su país, ahonda la amiga de Osama, «no lo tengo muy claro, creo que alguna hermana... El concepto familia para ellos es bien diferente al nuestro. Hay muchos 'primos' acá y allá». Un incierto destino modela la vida de un hombre que en su día creo su reino de adobe donde hoy sólo una valla recuerda.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.