Las ministras de Educación y Hacienda, Isabel Celaá y Maria Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. j. c. hidalgo/efe

Padres y colegios cargan contra la «ley ideológica» de Educación y prevén protestas

La concertada alerta de la falta de consenso, critica que vuelva Ciudadanía y defiende que el modelo existe «porque lo demanda la sociedad»

Joaquín Batista

Valencia

Miércoles, 4 de marzo 2020, 20:55

El Consejo de Ministros aprobó ayer una nueva reforma de la enseñanza en España, la octava de la democracia. Y nace acompañada de polémica. Como es habitual en este país, deja fuera a buena parte de la comunidad educativa, que no se considera representada en sus postulados. Es más, se siente atacada. En esta ocasión, la Lomloe, primera gran ley del Gobierno PSOE-Podemos, lo ha hecho con la concertada. Diferentes representantes del sector dejaron entrever ayer su preocupación ante cuestiones como la consideración del modelo, «subsidiario» respecto al público, el tratamiento que da al castellano como lengua vehicular o el retorno de una nueva Educación para la Ciudadanía. Y desde algunos frentes ya advertían de protestas una vez se ponga en marcha.

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«Volvemos a tener una ley que no nace del consenso, sino de la imposición», en palabras de José Antonio Rodríguez, presidente de Concapa Comunitat Valenciana, la confederación más representativa de las familias de la red.

«El trámite en el Consejo Escolar del Estado -antes de las últimas elecciones generales- se superó con el órgano completamente dividido, lo que da una idea muy clara de lo que está pasando, pues parte de la ideología, no de aunar esfuerzos. Su recorrido no irá más allá de quien está gobernando y eso es malísimo para la educación», dijo.

Las familias de la pública coinciden en defender que la Religión salga de las aulas y en que se aumente la participación

Rodríguez puso énfasis en la desaparición del articulado de la referencia a la demanda social a la hora de ordenar la oferta de plazas. «La Constitución establece que la planificación que hace el Estado no puede ir contra el derecho de las familias a que se les proporcione la mejor educación posible de acuerdo a sus convicciones. No estamos en absoluto de acuerdo y ese derecho lo vamos a defender», continuó, refiriéndose además al «derecho a que la Religión no sea una asignatura eliminada de facto». «No ponerle una materia alternativa es la manera de relegarla, de que no se pueda impartir adecuadamente», sentenció.

Por último, se refirió a la vuelta de la «denostada Ciudadanía», en referencia a la nueva materia obligatoria sobre valores éticos. «Volveremos a pelear para tener derecho a que se atienda la demanda social», concluyó, antes de mostrarse «seguro» de que la aplicación de la ley provocará protestas en la calle. En este sentido, recordó también el tratamiento que se da al español, «relegado a un segundo plano en zonas sensibles como las castellanohablantes», y la movilización que ha provocado en la Comunitat el avance de la ley valenciana.

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Politizar la educación

Alberto Villanueva, presidente de la Federación de Centros de Enseñanza de Valencia (Feceval), admitió la «preocupación» del sector por la aprobación de la ley, que ahora enfila el trámite parlamentario. «Nos considera subsidiaria de la pública cuando en realidad somos complementarios, y a nivel de los titulares de los centros limita derechos por la introducción de la figura del concejal en los consejos escolares, lo que supone politizar la educación», explicó. También trasladó la siguiente reflexión en relación a la demanda social: «Entendemos que lo que demanda la sociedad es nuestra razón de ser, y el modelo existe porque lo quieren las familias», dijo.

La conselleria se muestra satisfecha por la aprobación de la normativa

La Conselleria de Educación aseguró ayer que el proyecto de modificación de la Ley Orgánica de Educación (Lomloe) es una normativa que «contempla el camino abierto en materia educativa» en la Comunitat Valenciana para asegurar, entre otras cuestiones, «la igualdad de oportunidades» y la «diversidad en las aulas».

En concreto, señalaron las mismas fuentes, la ley «reafirma acciones emprendidas a nivel autonómico como fue el cambio del decreto de admisión de alumnos o la creación del Plan de Actuación para la Mejora (PAM) para todos los centros púbicos y concertados».

Desde el departamento que dirige el conseller Vicent Marzà añadieron que «en la línea de garantizar la igualdad de oportunidades», en la Comunitat se han implantado en los últimos años medidas como «el banco de libros Xarxallibres, la mayor oferta gratuita en 2 años» o el aumento del bono infantil en el tramo de entre cero y tres años. También destacaron la subida en la inversión (y en beneficiarios ) de las becas de comedor.

Como publicó LAS PROVINCIAS, la filosofía de la ley también supone un espaldarazo a las medidas más polémicas, como el cerco a la enseñanza concertada, donde la supresión de aulas se ha judicializado en muchos casos, revirtiendo el TSJCV el recorte. También sucede en relación al modelo lingüístico que en la práctica está restando presencia al castellano. Además, recoge una idea defendida desde la conselleria, como la necesidad de evitar en lo posible la repetición de curso.

Por su parte, la secretaria autonómica de Escuelas Católicas en la Comunitat, Vicenta Rodríguez, cuestionó que se saque una nueva ley «cuando no se ha evaluado el resultado de las anteriores». También se preguntó si irá acompañada de «recursos económicos y humanos o volverá a quedarse en una mera teoría», y consideró que es una ley «ideologizada, por las medidas sobre la Religión y a la concertada». Por último, dudó de que vaya a servir para «atajar los problemas del sistema». «Causa desazón que los grandes diseñadores de la política educativa de España no tengan una mirada de futuro, sino una mirada política», terminó.

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A nivel nacional

Las patronales también se han pronunciado a nivel estatal. La Confederación Española de Centros de Enseñanza (Cece) trasladó su «preocupación» ante el proyecto e insistió «en la necesidad de que en el trámite parlamentario se busque el consenso que en ocasiones anteriores el PSOE reclamó». También cree que se «recortan derechos de los titulares y de las familias, cuya libertad de elección se subordina a la planificación de las administraciones». Por su parte, Escuelas Católicas criticó la consideración de la red como «subsidiaria» y advirtió de que se pone en riesgo «la continuidad de numerosas unidades concertadas».

En cuanto a la enseñanza pública valenciana, la confederación Covapa lamentó ayer que la Lomloe «implique la pérdida de otra oportunidad de alcanzar un pacto por la educación». En cuanto a puntos coincidentes, hablaron de la evaluación del profesorado, aunque la prefieren obligatoria, o de la distribución «equitativa» del alumnado extranjero entre la pública y la concertada.

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El exministro Wert se pronuncia: «Lo peor de la reforma, honestamente, es todo»

El exministro de Educación José Ignacio Wert, impulsor de la vigente Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), considera que la reforma del Gobierno tiene una visión «dogmática y trasnochada» del sistema educativo, incorpora medidas que «bordean lo cómico» y ha sido elaborada con menos participación y diálogo que la regulación actual.

«Lo peor de la reforma, honestamente, es todo, porque es una contrarreforma», resumió Wert en declaraciones a Europa Press. «Lamento muchísimo tener que decir que, francamente, no he encontrado prácticamente ninguna medida en la ley que vaya a incidir en la mejora del sistema educativo», añadió. Wert asumió la cartera de Educación entre 2011 y 2015 durante el primer gobierno de Mariano Rajoy.

El exministro dijo no oponerse «a priori» a ninguna reforma de la Lomce, si bien destacó que «es lamentable que se haya seguido la sustitución de los argumentos basados en evidencias por un puro razonamiento ideológico». «Y la consecuencia es que entramos de nuevo en un sistema más opaco y menos transparente. Y España en educación no está para dar pasos atrás», dijo, en referencia a la eliminación de las reválidas. «Es una renuncia completa y radical de la capacidad del Estado de intervenir normativamente en un aspecto esencial como la evaluación», señaló.

Además, consideró «falsa» la afirmación de Celaá de que había aumentado la repetición en Primaria durante el Gobierno del PP y le afeó que se permita superar el Bachillerato con un suspenso. «No quiero utilizar calificativos gruesos, pero bordea lo cómico», afirmó. También destacó que el proceso prelegislativo de la Lomce fue mucho más «amplio, detallado y participativo».

Eso sí, pidieron un mayor esfuerzo en la universalización de la enseñanza entre cero y tres años, en la inversión global, hasta llegar al 7% del PIB, y en incrementar la participación en los centros. En cuanto a la Religión, defendieron que debe quedar fuera de las aulas y reivindicaron que la ley garantice el derecho a elegir la lengua de enseñanza.

Màrius Fullana, presidente en funciones de la confederación Gonzalo Anaya, destacó que les habría gustado que se debatiera más con la comunidad educativa y que quieren ver cómo se plasma «en la práctica» el aumento de la participación. También tildó de avances el incremento de la inversión o el trato a la concertada o a la Religión, si bien admitió que la organización apuesta por «dar pasos más firmes».

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