Los padres y madres del colegio derrumbado de Massanassa: «La gente está muy indignada»

Los alumnos de este colegio han empezado las clases este lunes realojados en otros centros, donde van a pasar lo que queda de curso, según les han comunicado, ya que su centro de Massanassa será derribado. En concreto los de Primaria lo han hecho en la antigua Facultad de Magisterio de la UV y los de Infantil en un colegio de Alcàsser. Todos al llegar a sus nuevos centros escolares han recibido los aplausos del personal para hacerlos sentir en su nueva casa.

Educación les ha puesto autobús gratuito para los niños hasta estos centros, que se encuentran a unos 15 o 20 minutos de sus casas, y también comedor sin coste para las familias. «Los niños van a completar todo el curso realojados, van a acabar el curso allí, y para el año que viene se prevé que se adecúen barracones en un solar de Massanassa de manera provisional. Nos parece que vamos a estar mucho tiempo así, y somos 600 familias», señala Carabal sobre el futuro próximo que les espera, ya que la construcción de otro centro escolar se hará esperar.

Los padres de Massanassa valoran que al menos sus hijos pueden volver a la rutina y lo hacen con sus amigos de clase, sin verse solos en esta traumática etapa: «Es un momento emotivo que los niños dentro de esta catástrofe en la que estamos haya normalidad para nuestros hijos, puedan ir a un centro escolar, van a entrar con sus amigos», dice el presidente del AMPA.

El centro Luis Vives era muy antiguo y arrastraba problemas, como en el sistema eléctrico, que ahora con la riada lo convierten ya en una instalación para el derribo total, ya que repararlo costaría más del 50% de su valor actual. «En el colegio cuando vinieron los arquitectos se hizo un expediente de derribo, porque tiene 50 años y muchos problemas. Este colegio entra dentro del Plan Edificant desde 2011, pero no avanzan», cuenta.

Tanto el operario fallecido como el que resultó herido, que este lunes ya ha sido dado de alta, eran de la empresa pública Tragsa y trabajaban en la limpieza y rehabilitación del centro escolar. Unos días después de la inundación, una inspección técnica determinó que no era seguro permanecer en las instalaciones del colegio, por lo que colocaron un precinto policial para que no entrara nadie. Una viga doblada en el techado metálico y daños en un pilar de la estructura que se derrumbó este domingo son algunos de los desperfectos que se detectaron en la inspección.

Por ello se impidió el paso a cualquier persona, hasta que este domingo los dos trabajadores accedieron al interior del recinto para realizar unos trabajos que le costó la vida a uno de ellos. Además cuando ocurrió el accidente, en el colegio había también un gran número de miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que habían formado varios equipos para sacar el barro de las instalaciones escolares, ya que este colegio ha sido su centro de operaciones en estas tres semanas desde la riada.