Borrar
Vecinos indignados contenidos por las fuerzas de seguridad justo antes de que llegasen las autoridades.

Ver 88 fotos

Vecinos indignados contenidos por las fuerzas de seguridad justo antes de que llegasen las autoridades. ADOLFO BENETÓ

Paiporta: 90 minutos de alta tensión

«Lo que no puede ser es que paren la actividad de los voluntarios una hora para que vengan cuatro personas», comenta un joven, indignado, pero de los menos exaltados

Domingo, 3 de noviembre 2024, 18:47

Pasan unos minutos de las 13.00 horas. En la rotonda que conduce al auditorio de Paiporta desde el carrer Mestre Palau se agolpa un grupo de voluntarios y vecinos que poco a poco van parando la actividad de limpieza. «Yo voy a por comida caliente, pero quiero ver al rey», señala Dori, vecina de uno de los portales que el martes por la tarde salvó la vida de milagro. Unos chavales jóvenes vitorean a otros que con una máquina lleva lodo hacia las afueras del pueblo. Todo parece bastante tranquilo, que es decir mucho con lo que lleva sufriendo la localidad de l'Horta durante los últimos cinco días. Pero esa aparente mansedumbre no es sino una endeble costra que esconde la indignación, la rabia, la ira… que está a punto de desbocarse.

Cuando los responsables de comunicación de la Casa Real y de la Moncloa separan a los medios de comunicación del resto de la gente, se desata la tempestad. Era la chispa adecuada. La masa inflamable que aguardaban esos mismos jóvenes que parecían haber aparcado por un rato la amargura. «¡Fuera, fuera, no os queremos aquí!», gritan mientras empiezan a lanzar barro, piedras, palos y otros objetos hacia las cámaras.

Pese a ello, la visita institucional que estaba prevista, continúa. El rey Felipe VI y la reina Letizia, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Carlos Mazón, venían a pie. Habían estado durante un buen rato en el puesto de mando avanzado. Lo suficiente para que los vecinos más indignados tomaran posiciones. En cuanto han aparecido por la rotonda para ir hacia el auditorio, donde se reparte comida, agua y enseres, la lluvia de objetos y de insultos se ha trasladado a ellos.

«¡Asesino, los has matado tú!», han proferido hacia Pedro Sánchez, que ni siquiera ha llegado a la rotonda. Sus responsables de seguridad lo han metido en un coche, mientras el presidente del Gobierno se mostraba visiblemente afectado. Los vecinos han apedreado el coche y lo han golpeado con palos de escobas. «¡Se lo hemos abollado! Porque estaba blindado, si no de aquí no sale», proclama orgullosa una joven.

El rey, la reina y el presidente de la Generalitat sí que intentan avanzar. «Mazón dimisión! ¡Fuera de aquí! ¡No te queremos! ¡Coge una pala!», espetaba la turba enfurecida. Y más barro y palos. Uno impacta en la cara de doña Letizia y el rey Felipe también se ha llevado varios golpes. Un miembro de la seguridad de la reina tenía una brecha. Y entonces las fuerzas de seguridad han tomado posiciones: agentes de todas las policías locales o de la nacional que estaban en la zona, de la Guardia Civil, militares, incluso Bomberos y Protección Civil han montado un cordón para tratar de extraer a las autoridades de Paiporta.

«¡Aquí no pintáis nada!, corea la gente. Algunos más mayores trataban de llevarse a los adolescentes de la zona. Un policía local intenta cargar contra un joven, y cuando iba a golpearlo un compañero suyo lo agarra: las fuerzas de seguridad han puesto todo su empeño en evitar el linchamiento a las autoridades, pero han evitado agredir a unos vecinos que lo han perdido todo y muchos de ellos tienen amigos y familiares muertos o desaparecidos. Se veía que la mañana podía acabar en otra tragedia. La Policía ha desplegado agentes a caballo. Y el cordón ha conseguido caminar unos metros hacia el puesto de mando avanzado. Ahí ha tenido que volver a parar. El rey ha conseguido dialogar con alguno de los jóvenes, pero la indignación de la mayoría iba en aumento.

Pasadas las 14 horas. A las 14.07, desde la misma rotonda y hacia el lugar bloqueado ha avanzado una comitiva con una ambulancia militar. «¡Abran paso, que es una parada cardiorrespiratoria!», pedían desde el megáfono. Y entonces los efectivos de seguridad han podido sacar de Paiporta al rey, a la reina y a Mazón. Que no acabar con la cólera de la gente: «¡El pueblo salva al pueblo!», se ha coreado. También se ha aplaudido desde los balcones, como en el Covid, pero esta vez a quienes han echado a las autoridades de Paiporta.

«Nos han matado, no hay derecho. Nadie nos avisó, tuvimos que sacar a 16 niños de una escuela infantil. A una señora mayor la subimos por una escalera en una silla de ruedas con el agua a la cintura. Lo hemos perdido todo», dice Mar, desolada, indignada, enrabietada. «¡Tenéis que meterlos en la cárcel!», profiere una mujer con un ataque de ansiedad, llevada del brazo por una médico. Y de fondo, se escuchan los cláxones de una fila de camiones, de la que nadie o muy pocos se había percatado durante un buen rato. Como del joven con un golpe en la cabeza y sin sentido al que se había llevado por otra calle un coche de la Guardia Civil.

«Lo que no hay derecho es que durante una hora bloqueen la actividad de los voluntarios para que visiten el pueblo cuatro personas. Que aún no han sacado a todos los muertos de los coches y los sótanos», lamenta Javi, un chico de Torrent que ha ido a Paiporta con otros dos amigos. A las 14:30 las gente vuelve a sus quehaceres. «Ya se han ido, ahora vamos a hacer nuestro trabajo. Ahora vamos a apencar», comenta un agente de la Guardia Civil con un miembro de Protección Civil.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Paiporta: 90 minutos de alta tensión