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La cconsellera Barceló en una imagen de archivo. efe
Sanidad mantendrá la presión para que el Gobierno adelante el toque de queda

Sanidad mantendrá la presión para que el Gobierno adelante el toque de queda

El Ejecutivo afirma que la conselleria no dio argumentos que justifiquen adelantar la hora de inicio de las restricciones

Juan Sanchis

Valencia

Jueves, 21 de enero 2021, 23:54

Ni lo peor de la pandemia consigue atenuar el brío de la política. El Gobierno apostó en la reunión de la comisión interterritorial de salud del miércoles por no modificar el actual estado de alarma y facultar a las autonomías el adelanto del inicio del toque de queda pese a la demanda casi unánime de las autonomías. La posición adoptada por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, no ha gustado al Consell pese a ser del mismo color político.

El presidente de la Generalitat y la consellera de Sanidad ya habían expresado su voluntad de que se ampliara el estado de alarma y ayer señalaron que el gobierno valenciano mantendrá la presión para que el ejecutivo modifique el actual estado de alarma pese a que el miércoles se rechazó su petición.

Ximo Puig, tras la reunión mantenida ayer para presentar las ayudas a los autónomos, sentenció: «No compartimos la decisión del Gobierno y esperamos que atienda nuestra petición«.

En la misma línea se había posicionado Ana Barceló unas horas antes en una entrevista en Onda Cero. Ambos reclamaron sin ambages al ministro Illa que reconsiderara la posición porque, como afirmó Barceló, «cada vez queda menos margen para implantar nuevas medidas. Puede que quede alguna cosita más, pero no va a resolver la transmisión de estos momentos y que ya es superior a la registrada en la primera ola».

Este es el argumento central del Consell para pedir nuevas medidas, que ya no tienen prácticamente margen para actuar. En cambio, desde el Gobierno, como señaló Illa tras la reunión del consejo, se apuesta por esperar a comprobar si las restricciones aprobadas recientemente por diferentes autonomías ofrecen resultados.

Esta es la versión oficial del Ejecutivo que la Generalitat «comprende» pero no comparte. En este sentido, las fuentes consultadas resaltan la relación directa entre la debilidad parlamentaria del Gobierno y la decisión de no ampliar el estado de alarma. Asi, recuerdan las posibles dificultades que se podría encontrar en el Congreso para sacar adelante un nuevo marco legal con unas condiciones todavía más restrictivas.

Tanto Puig como Barceló quisieron dejar claro que el Gobierno va a estudiar esta posibilidad, pero al mismo tiempo reafirmaron su intención de seguir con la presión política. «Estamos pendientes de ese diálogo y de que se atienda nuestra petición», recalcó Puig.

Al mismo tiempo ambos trataron de rebajar tensiones con un gobierno de su propio partido. Puig señalo, en esta línea, que en la reunión del miércoles «se abrió una vía de diálogo» ya que el ministro Salvador Illa se comprometió a estudiar esta propuesta, y mostró su esperanza de que «se resuelva en los próximos días».

Barceló, por su lado, indicó que Barceló, «lo importante es que se nos escuchara y que entendiera que la situación que estamos viviendo es muy grave y, por tanto, tenemos que seguir teniendo márgenes para implantar nuevas medidas«.

La consellera de Sanidad resaltó, además, que la petición fue elevada por la mayor parte de las comunidades autónomas sin tener en cuenta el partido que las gobernaba: «El virus no conoce de ideologías, de territorios, ni de colores«, afirmó.

La versión que ofreció el Ejecutivo de la reunión de la comisión difiere ligeramente de la ofrecida por la Generalitat. Fuentes de la Delegación del Gobierno señalaron que desde la Conselleria de Sanidad no se ofrecieron argumentos técnicos sobre las ventajas que supondría adelantar el toque de queda en dos horas.

Las mismas fuentes explicaron que las fuerzas de seguridad han evidenciado un claro descenso de la movilidad después de que el cierre de la hostelería se adelantara a las cinco la tarde. «Las calles se vaciaban», recalcaron y añadieron que las previsiones indican que con las nuevas restricciones (con el cierre de bares y restaurantes y nuevo horario comercial) el volumen de gente de las calles se reducirá ostensiblemente.

«La posición es que se han tomado unas medidas que en otras ocasiones han funcionado y hay que esperar a los resultados«, explicaron fuentes de la Delegación del Gobierno. Eso sí, dejaron la puerta medio abierta y recalcaron que el Ejecutivo está dispuesto a estudiar un nuevo marco legal en el caso de que no se frene la pandemia y autorizar el adelanto del toque de queda.

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