La pandemia remite pese a que las nuevas variantes ya copan el 90% de los casos

La pandemia de Covid parece que quiere ofrecer un respiro a las puertas de agosto con un nuevo descenso en la cifra de contagios y la presión hospitalaria. Y todo ello pese a que las nuevas variantes de Ómicron, más transmisibles y que sortean mejor la protección de las vacunas, copan ya más del 90% de las nuevas infecciones en la Comunitat.

En concreto, la Conselleria de Sanidad ha notificado este viernes la detección de 3.519 nuevos casos, un millar menos que los registrados al pasado martes. De ellos, 1.711 se han producido en mayores de 60 años, por lo que vuelven a contabilizarse cifras similares a las de finales de junio. De hecho, la incidencia acumulada a 14 días entre aquellos que superan las seis décadas vuelve a descender hasta los 584 casos por cada 100.000 habitantes de esta franja etaria (la mitad que hace dos semanas), mientras que este indicador, pero a una semana vista, también se reduce hasta los 235 casos, 50 menos que hace tres días.

Además, los hospitales valencianos atienden en la actualidad a 1.006 enfermos de Covid, un centenar menos que el pasado martes; mientras que la asistencia en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) se estabiliza con 60 pacientes críticos asistidos. Sin embargo, las cifras de muertes se mantienen elevadas. La Comunitat ha sumado otros 38 fallecimientos en la actualización de datos de este viernes. Se trata de 15 mujeres de entre 54 y 96 años, y 23 hombres, de entre 69 y 94 años.

Esta contención en el avance del coronavirus se produce mientras los nuevos sublinajes de Ómicron (BA.4 y BA.5) representan ya el 91% de los nuevos contagios, cuestión que preocupa a los especialistas no sólo por su impacto a corto plazo, sino también porque a más infectados, más posibilidades de que se incremente la cantidad de pacientes con Covid persistente.

En esta línea, un grupo de investigación liderado por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y en el que participan la Universitat de València y la Complutense de Madrid ha comparado por primera vez los síntomas al inicio y seis meses después de tres grupos de pacientes infectados con diferentes variantes (Wuhan, Alfa y Delta) del SARS-CoV-2 que requirieron hospitalización. Una de las conclusiones principales del estudio, publicado en la revista Pathogens, es que la fatiga es un síntoma que afecta en proporción similar a los pacientes independientemente de la variante del virus.«Al mantenerse constante a través de las variantes, puede ser uno de los criterios clínicos clave para la definición de esta enfermedad», indica César Fernández de las Peñas, catedrático del Departamento de Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Rehabilitación y Medicina Física de la URJC.

No obstante, la gran cantidad de síntomas asociados con el SARS-CoV-2 «complica establecer un único criterio diagnóstico», añade. Según el informe, los pacientes infectados con la variante de Wuhan tuvieron de media más síntomas en la fase aguda de la enfermedad que el resto de variantes entre los cuales fiebre, disnea -dificultad para respirar- y síntomas gastrointestinales fueron los más comunes, mientras que con la variante delta había más cefalea y anosmia -pérdida de olfato-. «Estas diferencias se han ido observando en la clínica a lo largo de las diferentes olas, pero hemos sido los primeros en compararlos de forma sistemática en un estudio científico», destaca Fernández.

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