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ALBA SANTOS
Jueves, 23 de junio 2022, 00:50
«Ahora mismo veo una imagen demasiado edulcorada de la Albufera, me da miedo que el turismo acabe con su autenticidad. El parque no es una postal alejada de la realidad y no puede perder su identidad», señaló el gerente de la Denominación de Origen Arroz de Valencia, Santos Ruiz, que, junto al jefe de cocina del Nou Racó, Jorge Pardo, el presidente de la Cofradía de Pescadores de El Palmar, José Caballer, y la delegada de la Asociación de Guías de Turismo de la Comunitat Valenciana, Ana Galera, participó en el I Simposium sobre la Albufera.
Durante la tercera y última mesa redonda, los cuatro abordaron la cultura y las tradiciones que envuelven el parque natural, un espacio que, según el presidente de la Cofradía de Pescadores de El Palmar, «es un bien imprescindible para la ciudadanía y para el paisaje valenciano», además de su fuente de trabajo. «Desde los años 80, la calidad del agua, la vegetación y el número de peces han decaído drásticamente», agregó.
Esta situación también afecta a la gastronomía, que depende directamente de la agricultura y la pesca de la Albufera. «Hay que potenciar la industria del arroz, de los pescaderos y de las costumbres de los pueblos de alrededor. El origen de la paella proviene de este parque natural», ha afirmado el jefe de cocina del Nou Racó. Asimismo, según Santos Ruíz, el paisaje de la Albufera se ha convertido en el nexo de unión de la producción, la gastronomía y la cultura del pueblo. «Hemos de entender que para que la Albufera sobreviva, hay que fomentar la convivencia de las actividades que la sustentan», agregó, «sobre todo el turismo y el ambientalismo».
La miembro de la junta de la Asociación de Guías de Turismo de la Comunitat Valenciana coincidió con el gerente de la DO Arroz de Valencia y, además, aprovechó para subrayar la importancia del mantenimiento de la reserva natural: «El turismo no es el enemigo del parque. Nosotros dependemos directamente de su supervivencia».
Aludieron a la posibilidad de limitar el turismo con el fin de evitar las «masificaciones» y mencionaron conceptos como el de «ecoturismo» para disminuir el impacto de estas visitas en la reserva. «Es importante poner limites para proteger el parque», afirmó Ruiz.
Por su parte, al jefe de Cocina de Nou Sacó le resultó más complicado abordar esta cuestión, ya que, según expresó, es necesaria una «regulación» y «limitación» pero de una forma «equilibrada». «Mi trabajo se fundamenta del turismo. Sin este tipo de visitantes en mi restaurante perderíamos a una gran parte de la clientela», destacó Pardo. Sin embargo, expresó que si la Albufera no se salvara la gastronomía también desaparecería, «no se podrá pescar y se dejarán de hacerse paellas con arroz valenciano».
Según el gerente de la DO Arroz de Valencia, para poder salvar el parque natural es «imprescindible revalorizar las actividades económicas que se llevan a cabo en él».
«Hasta los años 70, acudían a la Albufera diariamente más de mil pescadores. Actualmente solo queda nuestra cofradía y si no se recupera este parque, será muy difícil asegurar su supervivencia». Por otro lado, pidió fijar un caudal ambiental de 200 hectómetros anuales, una correcta gestión del agua y que las compuertas están controladas por las administraciones.
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