J. A. MARRAHÍ
Sábado, 14 de noviembre 2020
Aquellas mujeres con las que se citó y a las que presuntamente trató de matar con cocaína son ahora un torbellino en contra de Jorge Ignacio P. J., el presunto homicida en serie sospechoso de la muerte y desaparición de Marta Calvo. Tres no pueden contarlo. Son Marta, Lady Marcela y Arliene Ramos. Pero hay otras muchas que sí. Una de ellas, cuya versión ha conocido este diario, aporta un detalle que definiría la violencia oculta del sospechoso. «Yo no soy de pegarte, te voy a balacear», asegura que dijo Jorge, empleando este sinónimo latino del verbo tirotear.
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La víctima es una de las tres que ya aparecen en la causa como perjudicadas y supuesta víctima de tentativa de homicidio. No revelamos su nombre porque todas las declarantes desean el anonimato. Tiene 35 años, es española y se decidió a acudir a la policía en diciembre del año pasado después de ver en las noticias, aterrorizada, que el sospechoso de la muerte de Marta Calvo era el mismo con el que tuvo una terrible experiencia aproximadamente un mes durante una cita en Valencia.
Jorge contactó con ella a través de la misma web en la que descubrió a Marta. Se vieron en un hotel de la ciudad. Siempre según su versión, el sospechoso quería que fueran a su casa en coche, pero ella se negó y al final accedió a mantener el encuentro en una habitación del hotel, situado en el distrito Marítimo.
Asegura que el hombre sacó un cilindro de esnifar y cocaína, tanto en piedra como en polvo. Jorge quería que consumiera ella, pero él no la probaba. Según la víctima, el colombiano le introdujo entonces una piedra de coca de unos dos centímetros en la vagina. Ella se la sacó y le recriminó lo que había hecho.
Posteriormente, y mientras mantenían relaciones sexuales, el presunto homicida hizo caso omiso de la voluntad de la mujer y volvió a insistir, supuestamente, con otra piedra de cocaína. Ella la extrajo otra vez y ya se enfadó. Tal fue su temor que se asomó a la ventana y comenzó a gritar para pedir auxilio.
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Ella dio por zanjada la cita sexual y Jorge, siempre según su relato, le exigió el dinero que había pagado. La mujer abandonó entonces el hotel y salió al exterior, donde aguardaba su pareja que suele acompañarle en los desplazamientos.
Tal y como expuso ante la policía, el cliente se encaró con él porque no querían devolverle el dinero y fue entonces cuando Jorge pronunció, supuestamente, la frase que los dejó helados. «Yo no soy de pegarte, te voy a balacear».
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La reacción de la mujer y su acompañante fue inmediata. Asustados, subieron al coche con el que habían llegado al lugar y se marcharon. Trataron de identificar su matrícula, quizá con intención de denunciarlo, pero aseguran que arrancó y salió a gran velocidad sin lograr apreciarla.
Después del mal trago, la mujer decidió bloquear a aquel hombre para que no volviera a contactar con ella por What's App. La víctima explicó a la policía un punto que puede ser clave para la acusación a Jorge. Dijo que cuando los clientes le piden 'fiesta blanca' se refieren a una raya en la nalga o sobre el pubis, pero jamás antes nadie intentó introducirle cocaína en su cuerpo.
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