La pista de Silla, con escasa iluminación. Iván Arlandis

La Pista de Silla, nueve años a oscuras

Los municipios afectados de l'Horta Sud han reclamado por activa y por pasiva una solución que ayude a mejorar la seguridad vial

Ada Dasí

Horta

Sábado, 7 de enero 2023, 01:07

La oscuridad sigue reinando en la V-31 (pista de Silla) a su paso por las localidades de Beniparrell, Albal, Catarroja, Alfafar y Sedaví desde ... que en 2013 una banda organizada robó el cobre del cableado, produciendo daños en los centros de transformación. Tras casi una década después, los ayuntamientos afectados siguen esperando a que el Ministerio de Fomento atienda sus reivindicaciones ligadas a la seguridad vial de la autovía y sus términos municipales.

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Y no es para menos, cerca de 70.000 de vecinos de estas localidades sufren la falta de alumbrado público en la vía de servicio que da acceso a sus municipios y que obliga a conducir por una carretera rápida y de tráfico denso prácticamente a oscuras, cuando otras, mucho menos transitadas, están iluminadas, como la CV-400, competencia de la Generalitat Además, el tramo comprendido entre Sedaví y Forn d'Alcedo está catalogado por la Dirección General de Tráfico (DGT), como un tramo de concentración de accidentes.

Pero a parte de los residentes, son muchas las personas que se desplazan hasta los polígonos industriales de esta zona del área metropolitana para trabajar y muchos los que salen de noche, sobre todo en invierno cuando el día acorta, para coger la carretera y dirigirse a sus casas en la capital o en sentido Alicante. Sobre todo en Beniparrell, que cuenta con siete áreas empresariales. La oscuridad también afecta a la zona comercial de Alfafar y Sedaví.

Reivindicaciones

Desde Stop Accidentes califican de «muy importante» el alumbrado de las carreteras. «Si había iluminación, lo mínimo es que se reponga inmediatamente o, al menos, que las autoridades aclaren porqué no se hace», señalan desde la asociación. La misma teoría que esgrimen los consistorios para reclamar a Fomento que solucione de una vez el problema, después de que la administración pública contestara mediante una carta a las reivindicaciones de Beniparrell hace cuatro años, alegando que las vías de servicio «no son de titularidad estatal» y descargando la responsabilidad sobre los municipios.

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La respuesta causó revuelo y provocó que los afectados unieran esfuerzos a través de la Mancomunitat de l'Horta Sud, con el fin de poner fin a una situación que se ha dilatado sobremanera en el tiempo. Tras las continuas protestas, Demarcación de Carreteras anunció en noviembre de 2020 que el proyecto para restituir el cableado estaba redactado, por lo que el restablecimiento del servicio se encontraba en fase de supervisado para después, sacar las obras a licitación pública. Dos años después, los consistorios desconocen en qué estado de tramitación se encuentra la iniciativa.

«Indignación»

La «indignación» sigue siendo el sentimiento que embarga a los alcaldes, como señala el de Catarroja, Jesús Monzó. «La pista de Silla es uno de los principales accesos a la tercera capital de España y una arteria muy importante comercial e industrial. Es una vergüenza que esté en estas condiciones», reclama.

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Monzó pide un «trato justo y un acceso al municipio en condiciones» y advierte de que el consistorio ha recibido numerosas reclamaciones patrimoniales relacionadas con la falta de mantenimiento de la vía de servicio. «Les remitimos al Ministerio que es el que tiene las competencias», matiza. Consultados otros mandatarios, señalan que la intención es seguir insistiendo para que se haga la luz en la V-31.

Esta carretera no deja de ser una barrera artificial que separa a todos estos municipios de su conexión con el Parque Natural de la Albufera, que se verá agravado con la ampliación que prevé el Ministerio y a la que se han presentado alegaciones. Alfafar y Sedaví son los más afectados por este proyecto en cuanto que se quedan prácticamente aislados y con el tráfico desviado por dentro de sus núcleos urbanos.

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Este es otro de los retos al que tendrán que hacer frente los consistorios a lo largo de los próximos años relacionado con las infraestructuras estatales que rompen el territorio de la comarca de l'Horta.

«Hay baches que sin luz no ves hasta que los tienes ya encima»

«Ya ni me acuerdo de cuando había luz en la pista de Silla», apunta José Luis, que trabaja desde hace años en uno de los polígonos industriales de Beniparrell al que se desplaza todos los días laborales. «En invierno siempre salgo de la nave de noche y cojo la V-31 hasta mi casa en Alfafar, la verdad es que si estuvieran las farolas encendidas sería mucho mejor, por lo menos, conduces más tranquilo, sobre todo los días de lluvia», comenta.

Otro de sus compañeros, Juan, apunta al estado en el que se encuentra el firme en algunos tramos de la vía de servicio. «A la entrada de la Catarroja hay dos baches importantes que, con la falta de luz, casi no te das cuenta hasta que los tienes encima», señala, evidenciando que la iluminación es un factor que incide en la mejora de la seguridad vial. Y es que como señalan los dos testimonios «es una carretera en la que siempre hay mucho tráfico y sobre todo, en horas punta y en dirección a la capital».

La V-31 es la autovía de acceso sur a Valencia y tiene una longitud de 16 kilómetros aproximadamente. Cuenta con un alto volumen de tráfico ya que también sirve de acceso a los polígonos industriales que hay en su trayecto y las grandes poblaciones de l'Horta Sud.

Con una circunvalación en Silla desde la A7 y continuando en dirección norte, bordea los municipios de Beniparrell, Albal, Catarroja, Massanassa, Alfafar y Sedaví, para enlazar con la carretera V-30 y finalizar su recorrido en la avenida Ausiàs March de Valencia.

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