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Florencia, en el interior de su tienda de regalos de Paiporta inmersa en la reconstrucción. IRENE MARSILLA
«No podremos levantar la persiana hasta marzo»

«No podremos levantar la persiana hasta marzo»

Dudas sobre los pagos del Consorcio, un adelanto de sólo 100 euros y la incógnita por reabrir, entre las preocupaciones de una inmobiliaria, una perfumería y una tienda de regalos de Paiporta durante la reconstrucción

Pablo Alcaraz

Paiporta

Martes, 28 de enero 2025, 00:43

A base de sangre, sudor y lágrimas, muchos dueños y trabajadores de comercios afectados por la riada lograron achicar todo el barro que destrozó o bien toda una vida de trabajo para los negocios más veteranos o bien la ilusión de aquellos que acababan de abrir sus puertas. Sin embargo, la recuperación avanza, seguramente a un ritmo más lento del deseado, pero muchas empresas y autónomos luchan ya por levantar la persiana y pasar página lo más pronto posible. Este es el caso de una perfumería, una inmobiliaria y una tienda de regalos de Paiporta que, inmersas en plena reconstrucción, emplazan su reapertura a dentro de un mes. «No podremos levantar la persiana hasta marzo», expresan los responsables de Perfumarte, Inmobiliaria Senyera y Passarella.

Pilar López, Paul Grigoras y Florencia Miretti relatan a LAS PROVINCIAS sus principales preocupaciones durante el proceso de la reconstrucción desde el punto de vista de los comerciantes afectados por el desastre. «Me pensé mucho el volver a abrir o no, porque tengo el barranco del Poyo a 7 metros de la puerta y estaba todo arrasado», explica Pilar, que regenta la perfumería Perfumarte desde hace 11 años. «Lo que más rabia me da es la lentitud de todo. Por mucho que den una ayuda, si llega demasiado tarde no va a servir para nada, porque no vamos a poder aguantar los gastos de la reapertura dentro de unos meses», comenta Paul, uno de los socios de la Inmobiliaria Senyera, mientras enseña un adelanto del Consorcio de Seguros de sólo 100 euros que le llegó hace apenas 20 días. «Me ha llegado un adelanto que no sé si será la cantidad definitiva. Quiero abrir dentro de 40 días y ni el Consorcio ni el perito me responden», critica Florencia, dueña de Passarella, sobre la falta de información del ente asegurador.

Paul Grigoras Socio de Inmobiliaria Senyera

«Lo que más rabia me da es la lentitud en las ayudas. Si llegan demasiado tarde, no van a servir para nada»

Paul Grigoras, en su inmobiliaria en obras de Paiporta IRENE MARSILLA

Cada caso es un mundo, pero después de tres meses el conjunto de las ayudas han terminado llegando, aunque los tres ponen en valor que los subsidios de Juan Roig fueron los primeros en arribar a sus cuentas. Ahora toca pensar en el futuro y es que tanto la propietaria de la papelería como la de la perfumería reivindican que se activen bonos comercio para incentivar la demanda en sus negocios que, al fin y al cabo, reconocen que no son de productos de primera necesidad. «La gente tiene que utilizar su economía en reconstruir su vida», admite Pilar en referencia a que el desembolso en productos que no sean estrictamente necesarios será «complicado». Es por ello que Florencia resalta todavía más la necesidad de que la Generalitat ponga en marcha estas tarjetas para incentivar la demanda: «Son fundamentales, pero tienen que tener más dinero para gastar».

En cuanto al sector inmobiliario en el que opera la empresa de Paul, el socio de la Inmobiliaria Senyera resalta la importancia de que se arreglen los bajos, para que se puedan vender o alquilar para reactivar el mercado, así como que los negocios puedan volver a reabrir: «Si la gente ve que en Paiporta sólo ha abierto un 30% de los comercios y que la mayoría de los bajos están reventados, tampoco querrá venir o tomar la decisión de meterse en una hipoteca a 30 años en un sitio donde no sé lo que va a pasar ni siquiera este año».

Pilar López Dueña de Perfumarte

«Me pensé mucho el volver a abrir, porque tengo el barranco a 7 metros de la puerta»

Pilar López, en el interior de su perfumería en reformas de Paiporta. IRENE MARSILLA

Sobre las tarjetas bonificadas, Paul opina que medidas como esta deberían haber llegado ya en diciembre de cara a tratar de salvar la campaña de Navidad y Reyes donde, a su juicio, «la gente tenía ganas a nivel moral de salir de esto». Y es que pese a reconocer que los bono comercio no tendrían un impacto directo en su negocio, su casuística es particular.

Al socio de la Inmobiliaria Senyera no le han aceptado el cese de actividad por culpa de las inundaciones y ha seguido pagando la cuota de autónomos todos estos meses. La razón es que, aunque él sólo esté trabajando en Paiporta, al existir otras oficinas de su empresa, se entiende que tiene otros posibles lugares donde trabajar. «La otra oficina que está a una hora de aquí y, al estar sin coche y sin metro, era imposible ir a trabajar. No me lo aceptaron y he seguido pagando», expresa apesadumbrado.

Florencia Miretti Propietaria de Passarella

«Los bono comercio son fundamentales, pero tienen que tener más dinero»

Florencia comprueba los trabajos de rehabilitación de su papelería en Paiporta. IRENE MARSILLA

Por su parte, Florencia mantiene su guerra particular con el Consorcio para saber a ciencia cierta la indemnización final que le pertenece. Poco antes de Navidad recibió un adelanto de 30.000 euros, pero dice tener cuantificadas pérdidas por valor de 60.000 y tener las existencias del stock en 80.000. «Ahí, me muero», exclama ante la posibilidad de que le confirmen que la cantidad inicial se convierta en definitiva. «Cuando cobré el adelanto me vino muy bien eso para ir pagando facturas e ir haciendo reservas de mobiliario... Pero quiero abrir en 40 días y necesito que me digan cuánto dinero me van a dar», remata.

Pilar expone que para ella el dinero del Consorcio no es una ayuda sino una compensación aportada por el seguro. De hecho ella se congratula por tener contratada una póliza, «pero hay muchos comercios no tenían seguro». Sin embargo advierte que, dada la tardanza de la indemnización, tuvo que adelantar el inicio de los trabajos de la reconstrucción con el dinero de su bolsillo. El pago le llegó a su cuenta hace dos semanas y empezó las obras hace tres.

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