Policía y Guardia Civil blindan el recorrido de la Tomatina suspendida

Buñol hoy no se teñirá de rojo, ya que aunque en el calendario es la fecha marcada para la celebración de la Tomatina, el festejo quedó suspendido ya desde el mes de abril por causa de la pandemia por Covid-19. Los accesos a esta población de la Hoya de Buñol y el recorrido de la Tomatina han amanezido blindados por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad para evitar que se produzcan aglomeraciones y lanzamientos de tomates que por las circunstancias actuales no están permitidos.

En concreto, son dos las patrullas de la Policía Local y cinco de la Guardia Civil las que están vigilando las calles de esta población de 10.000 habitantes que otros años recibe más de 20.000 visitantes ansiosos de participar en primera persona en esta batalla campal que tiene al color rojo como protagonista. «Normalmente tenemos una patrulla de Policía Local, pero hemos puesto una extra y hay diez agentes de la Guardia Civil de refuerzo. Además, Protección Civil ha desplazado a quince personas para las tareas de apoyo«, explica María Vallés, concejala de Turismo y responsable de la organización de la Tomatina.

Lógicamente este año no se han instalado las duchas en la zona del río donde en otras ediciones suele acudir la gente a quitarse el jugo del tomate y la cueva Turche de Buñol permanece vallada, medida que ya se tomó en julio para evitar aglomeraciones.

Cabe destacar que la calle del Cid, la plaza del Pueblo y la plaza Ramón y Cajal, recorrido habitual de la Tomatina, presenta desde la primera hora de la mañana una imagen muy inusual, sin casi gente, ya que al ser fiesta en Buñol los comercios están cerrados. «Hemos visto unos tres grupos de extranjeros viendo el pueblo, entre ellos una familia alemana que nos ha comentado que todos los años vienen a la Tomatina y que hoy querían volver para estar cerca. A pesar de ello, no se ha detectado llegada masiva de gente», añade Vallés. Con las fiestas suspendidas, los vecinos a media mañana siguieron con su rutina en tiempos de Covid, tomando un almuerzo en los bares de la zona con las debidas medidas de seguridad.

Como anécdota, la edil relata que un vecino «se ha disfrazado del personaje de Wally, con el sueter a rayas y comentaba que si otros años es difícil encontrarlo en medio de la Tomatina, hoy era muy visible porque no había casi nadie en el recorrido«. Otro vecino, por ejemplo, ha hecho un guiño al festejo y, aprovechando que la calle principal de la Tomatina estaba abierta al tráfico, ha pasado con un coche rojo que portaba arriba dos tomates grandes«.

No es el primer año que se suspende esta fiesta popular que se inició de forma espontánea. Como recuerda la concejala de Turismo «en 1957 el Ayuntamiento lo tuvo que prohibir por una serie de disturbios y hubo una celebración paralela con el entierro del tomate, como si fuera el de la sardina, que en realidad fue como una manifestación. Ya al año siguiente cogió las riendas de la organización el Ayuntamiento.

La alcaldesa de Buñol, Juncal Carrascosa, explica que han sentido mucho la cancelación que se ha tenido que realizar por el avance del Covid-19 y recuerda que precisamente este año iban a festejar el 75 aniversario de la fiesta. «En abril ya suspendimos la fiesta. Sólo llegamos a ir a Fitur a realizar la promoción, pero no se llegó a impulsar la venta online ni para touroperadores». Explica que tenían un amplío programa preparado para este aniversario tan especial, «e incluso encargamos al compositor Andrés Valero, de Silla, una pieza dedicada a la Tomatina que se iba a estrenar en la bienal de julio, pero no ha podido ser. Lo haremos cuando se pueda«.

La concejala de Turismo, María Vallés, también detalla que «teníamos prevista una Tomatina beer fest, es decir, una fiesta de la cerveza, verbenas y disjockeys para animar la noche antes de la Tomatina hasta la jornada de hoy, pero claro, todo se tuvo que anular«. Eso sí, anuncia que todas estas actividades »esperamos hacerlas el año que viene, cuando celebremos el 75+1 aniversario de la Tomatina«.