![Ponerse en pie tras la segunda DANA](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/11/14/Aldusss.jpg)
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La alerta roja tiñó de negro a todos. Valencia y la zona cero aún malherida por la primera DANA. Hasta un total de 163 municipios en toda la provincia de Valencia que mientras el cielo se oscurecía veían cómo se prohibía salir con el coche a las calles. Cómo las tiendas se cerraban a toda prisa, en muchas con los clientes aún apurando las compras. Cómo en no pocas casas se hacían listas de compra de latas de conserva como si llegara una hecatombe. «No te vayas a dormir esta noche, que vives al lado del barranco», fue la confesión inquieta en la madrugada del jueves de una joven por el móvil a su novio, intentando pegar ojo en Catarroja. La noche cayó y el cielo rugió en la capital, con una severa tormenta eléctrica que hizo saltar los diferenciales en no pocas casas de la ciudad y las dejó sin luz. La noche cayó y en la zona cero pocos durmieron. Se anegaron los barrancos que hace 15 días fueron letales, se inundaron algunas calles en municipios como Aldaia o Paiporta y se paralizaron los trabajos de reconstrucción. Pero la segunda DANA pasó sin males mayores y entre suspiros de alivio.
«Valencians, en peu alcem-se», proclama el himno de todos los valencianos. Y eso toca ahora, levantarse tras la pesadilla del 29 de octubre, un mal sueño que aún sigue, y tratar de recobrar la normalidad y la reconstrucción tras el sobresalto de la segunda DANA. Y eso empezó a suceder ayer. Principalmente con el anuncio del regreso hoy a las aulas de los alumnos de más de 200 municipios cuyos colegios e institutos cerraron ayer sus puertas por la alerta roja. Todos los de Valencia ciudad, a excepción de los centros de La Torre y Horno de Alcedo, todavía afectados por las inundaciones. «¿No tendrían que dar ellos también clases online como las universidades», se escuchaba ayer a las puertas de un colegio de Petxina mientras un padre vigilaba impaciente a sus dos niños gemelos junto a un parque. La medida se tomó durante el largo confinamiento de la pandemia pero no ha sido una medida en ningún caso contemplada por Educación al tratarse de cierres puntuales los ocasionados por la sucesión de las dos DANAy las restricciones al tráfico de vehículos. Con esas clases telemáticas sí continúan los estudiantes de la Universidad Politécnica y la Universitat de València, que no retomarán la presencialidad hasta el 9 de diciembre. Sí que regresará hoy a la actividad extradocente la Politécnica, otro paso más hacia la recuperación total de la normalidad.
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«Ah, pero si está casi todo abierto...». Era uno de los comentarios que más se escuchaba ayer al amanecer en las calles de Valencia. La consecuencia de la caótica tarde-noche del miércoles, cuando se sucedió el cierre de comercios. Cuando surcar con el coche la calle era recordar los tiempos de la ciudad fantasma del Covid. Con el cese de la alerta roja y su paso a naranja y luego amarilla, por la mañana volvió la normalidad. Cadenas como Consum o El Corte Inglés, que anunciaron su cierre cuando Valencia entera miraba al cielo, retomaron su actividad durante el día de ayer.
También el transporte empieza a ponerse en pie. La desangelada estación Joaquín Sorolla recuperó la actividad tras retomarse la llegada de los trenes del AVE, después de posponerse por la alerta roja. Ídem con los servicios de Cercanías, que seguirán aún combinando un tiempo los trayectos en autobús y tren. Lejos queda sin embargo aún la normalidad en el transporte en metro por la ciudad. El tranvía sí recuperó ayer sus trayectos habituales tras suspenderse el miércoles por la alerta roja, per las líneas subterráneas aún tendrán que esperar alrededor de un mes, aunque desde la administración no quieren pillarse los dedos. En el quid de la cuestión, resucitar el 'cerebro' de FGV en Valencia Sud, la sala de máquinas central de Metro Valencia.
Normalidad también en centros de día y bibliotecas, que se clausuraron a última hora del miércoles con la alerta roja y que fluyeron ya ayer con su rutina habitual. Ídem con la actividad deportiva, retomada desde las 15 horas de ayer en todas las instalaciones dependientes de la Federación Deportiva Municipal (FDM). Para esto último aún habrá que esperar en las pedanías de La Torre, Castellar-l'Oliveral y Horno de Alcedo.
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B. González/ A. Talavera
Y ese regreso a la normalidad tras el día de las alertas y los pitidos de 'Es Alert', puede traer consigo también otro de los escenarios habituales de Valencia todas las mañanas: los atascos. Con una 'tormenta perfecta' que puede ser la que se produzca con el regreso a los coles, el fin de las restricciones en los municipios del litoral, la ausencia de metro y la recuperación de una infraestructura clave por la que muchos conductores que viven fuera de la capital pero trabajan en ella circulan: el by-pass. Porque ayer también entró en funcionamiento el tramo arrasado por la primera DANA, aunque con una velocidad limitada a 60 km/h, pero se convertirá previsiblemente de nuevo en un embudo de vehículos. Paciencia es uno de los elementos con el que todos los automovilistas deben subir hoy al coche a la hora de acceder o circular por Valencia.
Sigue preocupando un punto especialmente en la A-3 en sentido a la capital. El aguacero sobre el aguacero hizo que ayer cediera una parte del talud que sujeta uno de los ramales de acceso al polígono La Reva, en Loriguilla. Situado justo junto al barranco del Poyo, el desprendimiento ha obligado al corte de la incorporación, que aún sigue hoy a la espera de la solución definitiva del Ministerio de Transportes.
Mientras, en la zona cero de la primera DANA, de la noche del miedo se pasó ayer a la mañana de la esperanza. De seguir adelante con las labores de reconstrucción. La misma calle de Catarroja que el miércoles por la mañana era escenario de picos, palas y capazos abandonados, se transformó ayer en un torbellino de agitación para continuar la reconstrucción de las zonas dañadas. Aldaia vio como los más de 1.500 sacos de arena puestos junto al gigante del barranco de la Saleta impidieron una nueva inundación de las calles. Y los voluntarios y los miembros de Emergencias recuperaron las labores de limpieza y restauración.
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En Chiva contuvieron la respiración cuando la tromba cayó por la noche por el ya maldito barranco del Poyo pero amanecieron viendo cómo la nueva DANA sólo había embarrado más el barranco e inundado algunos caminos y calles al no responder ya el cauce a su propio nombre. En Paiporta, aunque se anegaron de nuevo calles y plazas, la luz del nuevo día permitió retomar las labores a la UME, voluntarios y vecinos. Una vez más, la zona cero vuelve a levantarse.
Fue momento también la mañana de buenas noticias en Benetússer. La lluvia sobre un alcantarillado devastado por el barro era uno de los quebraderos de cabeza en la veintena de municipios afectados por la riada de lodo. «Ha funcionado perfectamente», subrayó feliz Francisco Márquez, intendente jefe de la Policía Local de Benetússer. El desagüe hizo su función en el municipio y en la gran mayoría de localidades, con alguna inundaciones puntual en calles y plazas que se fueron disolviendo con el paso de las horas.
Y es que hasta después de las tormentas llega el arte, que al final es gasolina para el alma. El Ayuntamiento de Valencia anunció ayer la reanudación de las actividades de los centros culturales municipales este próximo fin de semana. Tanto el Palau de la Música como los teatros La Mutant y El Musical. Paso a paso, ladrillo a ladrillo, escalón a escalón, los valencianos vuelven a conjurarse con su «alcem-se». a pesar de la sucesión de tragedias, miedo, Danas y alertas.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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