Las potabilizadoras de Picassent y Manises se conectarán para garantizar el suministro a Valencia y área metropolitana

Garantizar el suministro de agua potable a Valencia y su área metropolitana. Este es el objetivo de las obras que ha impulsado la Entidad Metropolitana de Servicios Hidraúlicos (Emshi) para conectar las plantas potabilizadoras de La Presa (Manises) y El Realón (Picassent) que dan servicio a casi 1,7 millones de habitantes.

La conexión de estas plantas, que estará operativa a fines de 2026, ha supuesto una inversión de cien millones de euros desde que comenzaron en 2027. El concejal de Gestión del Agua y presidente del Emshi, Carlos Mundina, y el consejero delegado de Global Omnium, Dionisio García, han visitado el tramo de actuaciones que se están ejecutando en el municipio de Mislata que estarán finalizadas este verano tras una inversión de 44 millones de euros.

Una vez finalizado este tramo únicamente restará por ejecutar otro de 1,5 kilómetros entre Xirivella y la CV-36 donde se unirá a una tubería que llega desde Picassent. Las obras de esta fase se podrán iniciar en el último trimestre de este año y la previsión es que se acaben en el plazo de un año.

Las obras consisten en la construcción de dos tuberías paralelas de 1.400 milímetros de anchura dotadas de fibra óptica para controlarlas y poder detectar cualquier incidencia con rapidez.

La idea de conectar estas dos plantas viene de antiguo. El problema ocurrido en el año 2000, cuando se dejó de suministrar agua durante seis horas a Valencia y su área metropolitana, dio lugar a un proceso de reflexión que culminó en 2017 cuando se iniciaron las obras.

El objetivo de interconectar ambas potabilizadoras es aportar "mayor seguridad hídrica", para que, en caso de que haya algún fallo en una de las plantas, se pueda continuar dando servicio al conjunto del área metropolitana con la otra.

García Comín ha expresado que durante la dana la seguridad hídrica hubiera estado "más segura" de contar con la interconexión, ya que la planta de La Presa estaba "muy afectada, porque el río Turia bajaba muy turbulento y porque el canal Júcar-Turia se rompió". "Si hubiésemos tenido esta conexión, hubiéramos estado más seguros. A pesar de todo, las infraestructuras aguantaron bien y pudieron dar servicio", ha resaltado.

Por su parte, Ricardo Triviño, jefe de servicio de la Emshi, ha destacado "la parte inteligente" de las tuberías de interconexión, ya que cuentan con válvulas para regular caudales, caudalímetros, manómetros para regular la presión, dispositivos de control multiparamétrica sobre el agua -como ph, turbidez, cloro o temperatura- y una canalización con fibra óptica para mejorar las comunicaciones y la detección de fugas. Todo ello se analiza desde el centro de control en Vara de Quart.

Al mismo tiempo que se están ejecutando estos trabajos la planta de La Presa, que es la planta en funcionamiento más antigua de Europa, con más de 100 años desde su construcción, también está en obras para adaptarse a la nueva situación. Recientemente, como ha comentado Pura Almenar, directora de la infraestructura, ha entrado en servicio un nuevo decantador para filtrar las aguas y ahora se está construyendo una gran tubería (de dos metros de diámetro y en la que cabe una persona), para conectarse a la red. La capacidad de la planta es de 3.400 litros por segundo y con una capacidad de ampliación hasta los 5.000. En estos momentos La Presa potabiliza un volumen de 100 hectómetros cúbicos anuales.

Esta potabilizadora puso en marcha un nuevo decantador, que adelantó su inicio a causa de la dana para dar mejor servicio. Esta infraestructura permite ampliar la capacidad de tratamiento de la instalación hasta los 4.300 litros por segundo y cuenta con una inversión de 4,2 millones.

Carlos Mundina ha puesto en valor "el trabajo de previsión de los técnicos" para plantear estos proyectos. "Gracias a estar realizados en el momento de la dana, un momento crítico en el que La Presa dejó de tener suministro de agua del Xúquer y del canal Xúquer-Túria, y si no hubiera estado el decantador, habríamos tenido problemas de suministro y de cortes de agua".

La Presa está ejecutando las obras de los nuevos colectores de 1.500 y 2.000 milímetros de diámetro, ya que con el aumento de la capacidad de tratamiento y con vistas a futuras ampliaciones de la instalación, las tuberías actuales son insuficientes para transportar el caudal. Por ello, con esta obra --que se prevé terminar a finales de 2025-- se amplía la capacidad de transporte del agua tratada hasta los depósitos interiores de almacenamiento. Cuenta con una inversión de más de 5 millones de euros.

Mundina ha resaltado que para estas obras "no solo se está utilizando la mejor tecnología, sino que también hay una apuesta por la transición energética". Al respecto, ha precisado que en las plantas se están instalando placas fotovoltaicas para "no tener tanta dependencia del suministro eléctrico", aunque ha añadido que actualmente no alcanzan toda la demanda de la planta.

No obstante, ha insistido en que supone "menos emisiones de gases de efecto invernadero" y permite ser "más eficientes" y que las subidas del coste de la energía "no repercutan en el contribuyente", por lo que "son inversiones que a largo plazo son fundamentales".

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