

Secciones
Servicios
Destacamos
«La consellera estaba entrando y saliendo y se decidió un segundo texto. La consellera insistió en que no se enviara ningun texto sin su ... aprobación». El funcionario que redactó el mensaje Es-Alert que se lanzó a los ciudadanos a las 20.11 horas de la tarde de la dana ha señalado este martes en el juzgado de Catarroja que Salomé Pradas insistió en no remitir la misiva hasta que ella le diera el visto bueno.
Así lo han asegurado a LAS PROVINCIAS fuentes jurídicas, quien han añadido que el técnico ha señalado que se redactaron hasta dos mensajes. Se envío el segundo, distinto en contenido al primero.
El funcionario ha señalado que se incorporó a su puesto pasadas las dos de la tarde y que durante su presencia en el Centro de Emergencias recibió una llamada del alcalde de Utiel alertándose del drama. «Me dijo que no podían hacerse cargo de la situación por sus propios medios». Fue en ese instante cuando se comunicó la situación al subdirector de Emergencias y se procedió a la activación de la UME.
También ha indicado que fue a partir de las cinco de la tarde cuando desde el CECOPI se indicó ya que se preparara una notificación de alerta de los caudales. Ante la jueza no ha sabido concretar quién dio la orden. «No lo recuerdo», aunque sí ha admitido que este tipo de indicaciones normalmente provienen de Jorge Suárez, subdirector de Emergencias.
Sí que ha concretado que esa referencia a Forata formaba parte inicialmente de la redacción del mensaje Es-Alert incluido en el primer borrador. Era el instante en el que los ojos del Cecopi estaban puestos en el embalse y no en el monstruo que se estaba formando en el Poyo. Después se descartó ese texto y se alertó del barranco, a las tristemente ya famosas 20.11, con un aviso tardío e incompleto.
El funcionario ha señalado que en ese instante decisivo estaban presentes él mismo, Pradas y el subdirector de Emergencias, Jorge Suárez. En su testimonio ha sostenido que la exconsellera «insistió» en que no se enviara ningún mensaje sin su aprobación.
El asunto de los borradores ya fue mencionado por la propia Salomé Pradas en su declaración. Ella ya indicó que existía un primer borrador y que el envío del mensaje y su contenido «se debatió en el CECOPI» y en esa centro se decidió su envío, como han señalado fuentes del caso. En el mismo se decidió incluir el extremo de «evitar desplazamientos». Sin embargo, nada se dijo del extremo más polémico: no se advirtió a los ciudadanos que subieran a sitios altos, circunstancia que causó la mayoría de las muertes y que ya ha sido criticado por la propia jueza.
De hecho, ha sido a preguntas de los abogados de la exconsellera de Justicia cuando el técnico ha indicado que el visto bueno de Pradas al mensaje que los técnicos introdujeron en el sistema informático y que llegó a los ciudadanos «fue inmediato». Es decir, que no hubo ninguna espera, según han indicado las mismas fuentes.
Pero no sólo sobre el extremo del envío del Es-Alert ha versado la declaración del funcionario ante la jueza de Catarroja que indaga la gestión de la dana. Los abogados también le han preguntado por el correo eléctronico de las 18.43 remitido por la CHJ y que alertaba del aumento del caudal del barranco del Poyo hasta los 1.686 m3/s.
Las mismas fuentes han señalado que el técnico ha indicado que no consideró comunicarlo al CECOPI. Según su testimonio, se lo indicó a su jefe inmediato, el responsable de la unidad de análisis de Emergencias, y se anotó «en la carta del sistema de comunicación CORCOM para que tengan conocimiento el resto de agencias y organismos».
Según este extremo, dicha información no se puso en conocimiento del subdirector general de Emergencias, Jorge Suárez, uno de los mandos presentes en el CECOPI. El técnico que redactó y envío el mensaje Es-Alert ha dado prueba en su comparecencia del caso vivido aquella tarde en el centro de mando. Ante las preguntas de si se recibieron las llamadas de auxilio por el Poyo en Chiva, Cheste, Torrent, Catarroja..., algunas de las zonas afectadas, el funcionario ha dicho no recordar los puntos ni el momento en que se recibieron. «Entraron de todos los sitios», ha sido lo más concreto que ha podido señalar.
El técnico, que responde a las iniciales R. E., ha explicado a la jueza la «extremada carga de trabajo» existente aquella tarde en el Centro de Coordinación de Emergencias. «La sala estaba llena de gente, era una situación complicada», ha sido una de las palabras utilizadas en el juzgado.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.